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Sinfónico 11

Temporada de conciertos

2018-2019

Las dobles imágenes de Schumann y el tributo a Bach

9 mayo Badajoz 10 mayo Cáceres
Orquesta de Extremadura Francisco Fullana Nuno Coelho

Programa

1.

Johann Sebastian Bach · Anton Webern. Ricercar a 6 voces sobre la Ofrenda Musical (1935) *

Johann Sebastian Bach. Concierto nº 1 para violín y orquesta de cuerdas en la menor, BWV 1041 (1717–1723) *

Allegro
Andante
Allegro assai

Francisco Fullana, violín

2.

Robert Schumann. Sinfonía nº 2 en do mayor, op.61 (1845-1846)

Sostenuto assai - Allegro ma non troppo
Scherzo: Allegro vivace
Adagio expressivo
Allegro molto vivace

Nuno Coelho, director

* Primera audición por la Orquesta de Extremadura

El director portugués Nuno Coelho debuta con la OEX en este interesante programa: el acercamiento de Anton Webern a la Ofrenda musical de Johann Sebastian Bach conjugado con la Sinfonía nº 2 de Robert Schumann. En medio, Francisco Fullana vuelve a los escenarios con la OEX para interpretar el Concierto nº 1 para violín, BWV 1041 de Bach.

Notas al programa

Johann Sebastian Bach – Anton Webern. Ricercar a 6 voces sobre “La Ofrenda Musical”

No sólo entre los compositores del siglo XX sino entre los de cualquier época, Anton Webern puede ser considerado un ejemplo extraordinario de lo que podríamos llamar la música esencial, es decir, aquella que con los medios mínimos consigue una irradiación máxima de su presunto significado. Una economía artística que hace pensar, como sucede en compositores de su propio tiempo, así Debussy, Falla, Ravel o Bartók, que no falta ni sobra una sola nota en el conjunto de su obra. Weber, además, es junto a Arnold Schoenberg y Alban Berg quien mejor desarrolla la atonalidad impuesta por el primero de ellos, que fue su maestro, como uno de los logros decisivos, hoy admitido y hasta clásico, en la música del siglo XX. Los tres son considerados como la Segunda Escuela de Viena, la ciudad en la que Webern nació el 3 de diciembre de 1883, hijo de un ingeniero y funcionario. Moriría el 15 de septiembre de 1945 en Mittersill, cerca de Salzburgo, alcanzado por el disparo de un soldado norteamericano mientras detenían a su yerno, quien operaba en el mercado negro.

La formación de Webern con el musicólogo Guido Adler tuvo que ver sin duda con su interés en la polifonía medieval —hizo su tesis sobre Heinrich Isaak— y, de paso, en la disección de las formas que llevaban a una expresión determinada. Si a eso añadimos su trabajo como director de orquesta, el resultado es un experto en los distintos lenguajes instrumentales, las relaciones entre los miembros de un orgánico variable y el modo en que cada uno puede pasar de eje a complemento de una composición determinada.

Precisamente por ello no es de extrañar su interés por la música de Bach, plasmado en el presente concierto en su Ricercar a seis voces sobre el que aparece en La ofrenda musical. A través de su orquestación —cada instrumento se ocupa no de una línea melódica sino de un fragmento de la misma— Webern revela la trama del original con enorme claridad, con lo que el resultado tiene, además de pieza maestra, mucho de pedagógico. En una carta a Hermann Scherchen lo explica así: “Mi instrumentación trata de poner al desnudo las relaciones motívicas, lo que no siempre es fácil”, mientras considera que su trabajo ha sido, sobre todo, revelar lo que, existente, parecía estar oculto o “para mucha gente era totalmente incomprensible”. La obra fue estrenada en Londres el 25 de abril de 1935 bajo la dirección del propio Webern. El orgánico es el de una orquesta sinfónica pero sin doblar ningún atril.

Johann Sebastian Bach. Concierto nº 1 para violín y orquesta de cuerdas en la menor, BWV 1041

De una exquisitez y conjunción perfecta, fue compuesto por Johann Sebastian Bach y generalmente se ha fechado su composición en Köthen entre 1717 y 1723. Investigaciones recientes, como las del musicólogo alemán Christoph Wolff, refrendan que el concierto pudo haber sido escrito en Leipzig, durante el tiempo en el que Johann Sebastian Bach estuvo de director del Collegium Musicum en esta ciudad del estado de Sajonia. La composición de este concierto coincidió con uno de los períodos más productivos del músico de Eisenach, escribiendo música instrumental, como los Conciertos de Brandenburgo, las suites orquestales, sonatas y suites para diferentes instrumentos, incluyendo los dos ciclos de preludios y fugas compuestos en todas las tonalidades mayores y menores de la gama cromática y que conocemos con el nombre de “El Clave bien temperado”, etc.

El Concierto sigue la estructura tradicional italiana en tres movimientos:  

1. Allegro, en la menor escrito en forma de ritornello,

2. Andante, en do mayor, con un bajo ostinato y el

3. Allegro assai, también en la menor y que en su desarrollo genera unos efectos sonoros vibrantes y sorprendentes, siendo uno de los movimientos más animado en tonalidad menor del genio alemán.

Robert Schumann. Sinfonía nº 2 en do mayor, op.61

Con Robert Schumann nos encontramos ante el epítome del Romanticismo musical. Si vacilan los manuales y hasta los expertos que pierden el tiempo en taxonomías imposibles acerca de cuándo Beethoven o Schubert son clásicos, prerrománticos o románticos del todo, en el caso de Schumann no hay duda alguna. Responde a todos los paradigmas del artista romántico, desde la importancia en su vida de un amor difícil de conseguir pero por el que peleó duramente —su mujer, Clara, también lo hizo, como después y durante muchos tocando el piano para sacar adelante a la familia— hasta su interés en canciones, obras para piano, oratorios y hasta medio óperas con los temas que su época tomaba como arquetípicas muestras de un modo de entender la vida que tenía que ver, además de con ese amor que acompaña cualquier arte y cualquier tiempo, con la pasión, con el paisaje, con la exaltación, con el abandono y con la muerte. Cosas que están en muchos creadores de todas las edades, es verdad, pero que la generación romántica —y alguna de sus ramas más frondosas que llegaron casi hasta nuestro tiempo— parece exacerbar.

Es la obra pianística de Schumann lo más frecuentemente interpretado de su producción. Es más, cada vez aparece con mayor frecuencia en los recitales de los grandes y no tan grandes pianistas. Quizá sea su carácter fragmentario, como de suma de escenas o de viñetas que proponen algunas de sus obras principales, esa suerte de narratividad unas veces continua y otras truncada lo que hace que, dejando de lado la exigencia formal, llegue tan directamente al oyente. Pero también Schumann fue un sinfonista de importancia. De una importancia que crece con el tiempo, una vez superado el tópico de que era un mal orquestador, una cantinela escuchada mil veces y que sólo podría explicarse si hubiera un canon de la orquestación, unas instrucciones de lo que ha de hacer el genio para no transgredir la norma. Mahler, sin ir más lejos, le enmendó la plana e introdujo retoques en sus sinfonías desde su doble condición de creador y director de orquesta.

La Segunda —según todos los estudiosos la más clásica de las suyas, sea ello lo que sea— fue en realidad la tercera de las sinfonías escritas por Schumann, que antes de empezarla en diciembre de 1845 —la terminaría once meses después— había ya escrito la Primera subtitulada “Primavera”, la que luego sería la Cuarta, un esbozo de sinfonía en sol menor denominada Zwickau por la localidad sajona en que se escribió y la bastante problemática por estructura y resultados Obertura, Scherzo y Finale. Cuando empieza a componerla se halla en uno de esos periodos de depresión que marcarían sus días hasta su muerte en un hospital para enfermos mentales. El propio autor reconocería que sólo al componer el último movimiento empezó a “ser de nuevo yo mismo”. Como diría a uno de sus doctores “es la resiliencia del espíritu lo que aquí ha trabajado y lo que me ayudó a combatir mi condición”.

La Segunda Sinfonía sería estrenada el 5 de noviembre de 1846 en la Gewandhaus de Leipzig bajo la dirección de Felix Mendelssohn. La breve introducción contiene ya todo el material del primer movimiento, el primer tema en los metales y el segundo en las cuerdas, y es precisamente la capacidad para el desarrollo temático —recordemos que Schumann era un buen conocedor de la tradición y que Bach y Haydn no andan lejos en su estro— lo que para sus estudiosos destaca especialmente en el Allegro ma non troppo que le sigue. El Scherzo ha sido comparado a un motto perpetuo por su casi inagotable actividad a la que complementan dos tríos. El Adagio espressivo es enormemente lírico y por momentos puede evocarnos algún posterior episodio mahleriano. El Allegro molto vivace constituye un final exultante que recoge todo el material precedente al que, curiosamente, se añade cerca de la conclusión un nuevo tema.

@ Luis Suñén

Luis Suñén es escritor y crítico musical. Ha publicado seis libros de poemas, el último de ellos Volver y Cantar (Editorial Trotta). Ha sido durante trece años director de la revista Scherzo.

Francisco Fullana

El violinista español Francisco Fullana ha sido elogiado internacionalmente como una «estrella en ascenso» (BBC Music Magazine), un «talento increíble» (el maestro Gustavo Dudamel) y «un paragón de delicadeza» (La Voz Clásica de San Francisco). De su debut en el Carnegie Hall, en un recital en 2016, se mencióno su «fuerza y alegría en el conjunto; fue la perfección «(New York Classical Review).

Nacido en Palma de Mallorca, en España, Fullana se está haciendo un nombre como intérprete y como líder de instituciones educativas innovadoras. Su repertorio en sus últimos compromisos ha incluido el Concierto para violín de Mendelssohn con la Filarmónica de Bayerische, bajo la batuta del difunto Sir Colin Davis, el Concierto de Sibelius con la Münchner Rundfunkorchester y el Concierto de Brahms dirigido por Gustavo Dudamel en el Teatro “Simón Bolívar” de Venezuela. Ha actuado como solistas con las Sinfónicas de Vancouver, Pacífico, Alabama, Maryland, Madrid y Hof y con la Orquesta de la Radio Televisión Española, mientras colaboraba con directores tan notables como Davis, Dudamel y también Alondra de la Parra, Christoph Poppen, Jeannette Sorrell y Josh. Weilerstein.

Francisco ha participado en las giras del Marlboro Music Festival y en «Musicians from Marlboro». Forma parte de series de cámara tan prestigiosas como la Music @ Menlo, Da Camera Society, Perlman Music Program y Yellow Barn, junto a miembros de los cuartetos Guarneri, Juilliard, Pacifica, Takacs y Cleveland, mientras actúa junto a artistas de renombre como Viviane Hagner, Nobuko Imai, Charles Neidich y Mitsuko Uchida, entre muchos otros.

El próximo año Fullana debutará como solista con las Orquestas Sinfónicas de Castilla y León, Boca del Río y Las Cruces, la Orquesta Filarmónica de Búfalo y la Orquesta de Cámara de Saint Paul y regresará con las sinfónicas de Alabama, Baleares, Dana Point, Extremadura y Xalapa , entre las actuaciones de concierto en Estados Unidos, Europa y Asia. Entre los muchos compromisos de música de cámara en su próximo programa, ha sido invitado a unirse a la prestigiosa lista de Chamber Music Society Two del Lincoln Center, a partir de 2018.

En Marzo de 2018, Orchid Classics ha lanzado la nueva grabación de Francisco Fullana “Through The Lens of Time”, que incluye «Four Seasons Recomposed» de Max Richter, con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham dirigida por Carlos Izcaray. El ambicioso proyecto une la nueva visión de la obra más relevante de Vivaldi con una serie de obras contemporáneas en solitario que también arrojan nueva luz sobre la tradición de la música barroca. La permanente colaboración de Fullana con el bandoneonista argentino J.P. Jofre culminará con el estreno en 2018 del Concierto doble para bandoneón y violín de Jofre, obra encargada por la Orquesta de Cámara de las Islas Baleares, la Orquesta de Cámara de San Antonio y el Metropolis Ensemble de Nueva York.

Nacido en una familia de educadores, Francisco estudió primero con Bernat Pomar en su ciudad natal de Palma de Mallorca, luego se graduó en el Real Conservatorio de Madrid, donde se matriculó bajo la tutela de Manuel Guillén. Se graduó en The Juilliard School, donde recibió su licenciatura y maestría, estudiando con Donald

Weilerstein y Masao Kawasaki, y también se graduó como artista en la Thornton School of Music de USC, donde trabajó con la reconocido violinista Midori.

A Francisco Fullana se le otorgó en 2015 el Premio Internacional Pro Musicis, en el mismo año en el que obtuvo el Primer Premio en el Concurso de Violín Angel de Munetsugu en Japón, junto con los cuatro premios especiales, incluidos los premios Audiencia y Orquesta. Ganó el Primer Premio en el Concurso Internacional de Violín Johannes Brahms 2014, en Austria, y también los Primeros Premios en el Concurso Internacional de Violín Julio Cardona y el Concurso Pablo Sarasate.

Francisco también se ha convertido en un innovador comprometido, liderando nuevas instituciones de educación musical para jóvenes. Es cofundador del Classical Music Summer Institute de San Antonio, donde actualmente se desempeña como Director de Música de Cámara. También creó Fortissimo Youth Initiative, una serie de seminarios de música barroca y clásica y actuaciones con orquestas juveniles, cuyo objetivo es explorar y profundizar la comprensión de los jóvenes músicos de la música del siglo XVIII. Los seminarios se realizan en una profunda inmersión e introducen a los jóvenes en el mundo sónico de un solo compositor, al tiempo que los inspiran a canalizar su energía abrumadora al servicio de los vibrantes estilos de expresión musical más antiguos. Los resultados pueden ser determinantes, y Fullana continúa construyendo sobre estos modelos educativos.

En 2013, Francisco ingresó en el selecto club de violinistas beneficiarios de la Sociedad Stradivari de Chicago.

Actualmente toca en un violín Guarneri del Gesu “Mary Portman” (ex-Kreisler, 1735) generosamente cedido por Clement y Karen Arrison a través precisamente de la Stradivari Society de Chicago.

Nuno Coelho

El joven director de orquesta portugués Nuno Coelho es el ganador del 12º Concurso Internacional de Dirección de la Orquesta de Cadaqués en Barcelona. Como resultado de este éxito, actuará con treinta y nueve orquestas en Europa, Japón y Sudamérica durante las próximas tres temporadas.

Antes, Coelho ya había ganado varios premios, como el 1er Premio en el Concurso de Dirección de Radio de Portugal, además de ser finalista en el Young Conductors Award de Nestlé y el Festival de Salzburgo en 2017. Tras estas competiciones, ha debutado con la Orquesta de Cadaqués, la Orquestra Gulbenkian, Orquesta Sinfónica Portuguesa, Camerata Salzburg y la Kammerorchester Basel.

Durante los últimos dos años ha sido director asistente de la Nederlands Philharmonisch Orkest, donde trabajó con Marc Albrecht en conciertos sinfónicos, así como en la Dutch National Opera. Durante ambas temporadas dirigió la orquesta en conciertos en el Concertgebouw en Amsterdam y en numerosos lugares a lo largo de los Países Bajos.

Esta temporada Nuno Coelho regresará a la Orkest Philharmonisch de Nederlands en el Robeco Festival del Concertgebouw y al Nederlands Kamerorkest para una producción de «Das Tagebuch der Anne Frank» de Grigori Frid. En Portugal continúa su colaboración con la Orquestra Gulbenkian dirigiendo tres programas en Lisboa y una pequeña gira por el Algarve. Regresará también a la Orquesta Sinfónica Portuguesa para una nueva producción de ballet junto con la Companhia Nacional de Bailado. Hará también su debut con la Basilea Sinfonieorchester en el Teatro Ballett de Basilea y con la Orquesta Clásica de Madeira.

En verano de 2016 asistió al Tanglewood Music Center como uno de los Conducting Fellows y fue invitado a regresar en 2017. Allí trabajó y actuó con la Orquesta del Festival y ayudó a los directores invitados como Andris Nelsons, Christoph von Dohnányi, Charles Dutoit, Thomas  Adès y Stéphane Denève.

Apasionado director de ópera, ha dirigido «Die sieben todsünden» en Tanglewood, «La Traviata» en Teplice, así como «Cavalleria Rusticana» en Plzen, República Checa, donde regresará la próxima temporada con «Rusalka».

Estudió en la Zürcher Hochschule der Künste con Johannes Schlaefli y ha participado en clases magistrles con Bernard Haitink, Esa-Pekka Salonen, Neeme Järvi y Gennady Rozhdestvensky. En 2015 fue admitido en el prestigioso Dirigentenforum del Consejo de la Música Alemana y recibió una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian de 2014 a 2016.

Nacido en 1989, Nuno Coelho completó sus estudios de violín en Klagenfurt y Bruselas con Yuzuko Horigome, trabajando regularmente con orquestas y conjuntos profesionales. Como solista, ha aparecido con la Kärtner Sinfonieorchester, el Jeugd & Muziek Antwerpen y en varias ocasiones con la Kammerakademie Klagenfurt.

Sinfónico 11

Temporada de conciertos

2018-2019
Bach · Webern. Ricercar a 6 voces sobre la Ofrenda Musical J. S. Bach. Concierto nº 1 para violín R. Schumann. Sinfonía nº 2

Las dobles imágenes de Schumann y el tributo a Bach

9 mayo Badajoz 10 mayo Cáceres