El presente programa está titulado Sobre 1.830, pues entorno a ese año, fueron creadas las obras que escucharemos. También podríamos ampliar el encuadre situando a los dos compositores programados en una misma esfera, en este caso dentro de la “Esfera estilística” del primer Romanticismo musical.
Felix Mendelssohn-Bartholdy ha sido considerado por los musicólogos, como el último músico clásico o también es clasificado con la doble acepción de músico clásico-romántico. Sigue la línea trazada por Pergolesi, Mozart y Schubert. Justo es recordar su devoción por Bach y el empeño en recuperar su música. Se educó en un exquisito ambiente cultural con estudios privados de ciencias y artes, además viajó por toda Europa y conoció a los principales compositores del momento, también destacó en otras artes como en pintura. Fue alumno de Johann Nepomuk Hummel, autorrecordado por haber sido profesor de grandes músicos y por sus obras de carácter didáctico dedicadas al piano y otras para solista y orquesta.
Las dos obras programadas de Mendelssohn están consideradas como piezas maestras del autor. Ambas tienen su origen en un viaje que realizó en el verano de 1829 por Escocia. La obertura “Las Hébridas” vio la luz, tras una primera versión de 1831, en París en 1832. En la versión definitiva aligeró la textura eliminando contrapuntos, ya que según sus palabras: «la obra debía volar, tener mar y gaviotas». Fue estrenada el 14 de mayo en Londres bajo la dirección del propio compositor. El subtítulo La gruta de Fíngal hace referencia a una famosísima gruta basáltica, situada en la isla de Staffa. El autor estaba tan impresionado con las islas que de inmediato escribió una inspirada melodía de 21 compases y la envió por correo a su hermana Fanny también compositora y pianista como él. Ese tema será el germen de la futura obertura. Para el musicólogo Marc Vignal la composición es: «el primer cuadro marino de la música romántica» La partitura pese a estar calificada como obertura, es una pieza independiente que estaría más cerca del poema sinfónico pero sin un programa concreto. Más que una descripción de lo visto, trata de transmitir las impresiones producidas por el paisaje en él. Es un precedente del impresionismo musical. Formalmente se acoge al esquema de la forma sonata y está escrita en la tonalidad principal de si menor. El primer tema es el ya mencionado arriba, es conocido como el tema de la soledad, de carácter sombrío y brumoso nos recuerda al interior de la gruta. Es enunciado por las violas, los violonchelos y fagotes sobre un pedal de violines. El segundo tema está escrito en re mayor es más pausado, lleno de lirismo y expresividad y está expuesto también por los fagotes y violonchelos. El grácil acompañamiento a cargo de violines podría recordar a las ya citadas gaviotas. Una fanfarria de metales, asimilable a una primera tormenta, nos conduce al desarrollo en el que el primer tema es el predominante. Hacia el final de esta sección vuelve la tormenta y además una serie de rápidas escalas, evocan el golpear del agua en las paredes de la gruta. La reexposición es elaborada de forma tradicional, aparecen los dos temas y vuelve el clima calmado y tranquilo, aunque por poco, ya que la coda final arranca con una última tempestad que metafóricamente inunda toda la cueva. Por fin vuelve la calma definitiva y los clarinetes enuncian por última vez el tema en piano y finaliza la composición con tres delicados pizzicati de las cuerdas graves.
El compositor nacido en Bratislava Johann Nepomuk Hummel, alumno de Mozart, Salieri y Haydn fue un niño prodigio. A los nueve años ya realizó una gira de conciertos de la mano de su padre. Durante toda su vida tuvo gran prestigio como pianista, fue maestro de capilla del príncipe Esterhazy en Eisenstadt donde sucedió a Haydn. También ejerció en Stuttgart y Weimar ciudad esta última donde falleció. Durante toda su vida realizó triunfales giras —perfectamente organizadas— por toda Europa, en las que tuvo oportunidad de conocer los más reconocidos compositores e intérpretes. La obra Introducción, tema y variaciones para oboe y orquesta fue escrita en Weimar en 1824, pese a ser considerada una pieza menor, la partitura denota una calidad y una maestría compositiva que demuestran la capacidad de Hummel como compositor. Es una página de gran belleza estética y que posibilita un gran lucimiento al solista. La obra se articula en una Introducción, la exposición del tema, un grupo de cuatro variaciones y un tempo de vals final donde reaparece el tema principal. El Adagio inicial en fa menor está basado en ritmos apuntillados a cargo de la orquesta y a continuación el oboe entona una delicada melodía. Le sigue la exposición del tema escrito en fa mayor y tempo Allegretto, obteniendo de este modo el necesario contraste con la sección inicial. En las cuatro variaciones que siguen Hummel modifica la melodía, la armonía, el ritmo y la velocidad para conseguir que cada variación tenga un carácter propio. A su vez, también se ve incrementada progresivamente la dificultad de la parte solista. La cuarta variación es la de más entidad con dos partes; una virtuosística basada en veloces semicorcheas y una segunda parte lírica y expresiva. Una cadencia o fermata precede la última sección de la obra, donde el tema es presentado en un tempo di vals. Dentro de ese mismo aire de danza, al tema le suceden dos variaciones basadas en la figura rítmica del tresillo de corchea y finaliza la obra con un tutti general de la orquesta en el que alterna con rápidas escalas por parte del solista.
La sinfonía nº 3 “escocesa” de Mendelssohn, tiene su origen en unos bocetos que escribió en 1829 durante el ya mencionado viaje por Escocia y su estancia en el castillo de Edimburgo. Estos apuntes fueron retomados años más tarde para componer esta sinfonía concluida en 1842. Fue estrenada ese mismo año en un concierto en el Gewandhaus de Leipzig, dirigida por el propio autor. En ese año también se interpretó en Londres y la partitura está dedicada a la reina Victoria. La música refleja todo aquello que impresionó al compositor en su viaje por Escocia, las tormentas, las lluvias, los cielos encapotados, las gaitas, las melodías del folclore, aunque nunca llegue a transcribir citas literales. Mendelssohn en sus bocetos musicales además de recrear sus impresiones poéticas, a veces realiza cuadros sonoros muy realistas, trata de pintar con la música, Wagner quien admiraba la partitura, lo calificó de “paisajista de primer orden”. El tema lento inicial de carácter lírico, crea un ambiente melancólico, reflejo perfecto de las tierras altas de Escocia. Todos los temas de la sinfonía mediante variaciones y transformaciones están extraídos de este, esta concepción cíclica de la partitura junto con la interpretación sin interrupción de sus movimientos le otorga gran unidad. En el Andante introductorio se expone el mencionado tema principal, le sigue un Allegro agitato que posee una escritura densa, contiene un segundo tema legato y lírico. Al desarrollo el uso del cromatismo le infiere un carácter atormentado. La aparición del tema principal conduce al segundo tiempo Vivace, un scherzo en el que el folclore está muy presente. Aparece un motivo pentatónico a cargo del clarinete que emula a la gaita. Todo el tiempo es de carácter muy danzable y es el que más refleja el apelativo de “escocesa”. En el tercer movimiento Adagio, los violines entonan una larga y bella melodía, la sección central se vuelve más sombría hasta que la reaparición del tema inicial da paso al final. El cuarto tiempo consta de dos partes, la primera es un Allegro vivacissimo de carácter popular al que le sigue un Allegro maestoso conclusivo, donde aparece un tema en forma de coral a cargo de las trompas, este tema le confiere a la sinfonía un cierre majestuoso y solemne.
© José Solá Palmer
Buñol-Valencia, 1969. Es Profesor Superior de Música, Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte y Diplomado en Dirección de Orquesta en Pescara (Italia). Ha dirigido bandas y orquestas amateurs de la Comunidad Valenciana y de 2015 a 2017 ha sido director titular de la Banda Municipal de Almería. Ha publicado diversos trabajos de investigación sobre el hecho musical de su localidad natal. Desde 1996 es profesor de Música de Enseñanza Secundaria. En los años 1998-99 ejerció la crítica musical en la edición valenciana del periódico El Mundo. Desde 1999 es colaborador habitual del Palau de la Música de Valencia en la edición de notas al programa y programaciones anuales de la Orquesta de Valencia. Desde 2013 colabora con la Orquesta de Extremadura como autor de notas al programa.
Las obras de Mendelssohn de este programa ya figuraban en el currículum de la OEX. Concretamente, la Obertura Las Hébridas, op.26 fue interpretada por primera vez el 15 de octubre 2009 en el Palacio de Congresos de Mérida, dirigida por Jesús Amigo. La última vez fue el 7 de febrero de 2014 en el Palacio de Congresos de Badajoz, dirigida por José Antonio Montaño.
Y estrenamos la «Sinfonía Escocesa» un 30 de marzo de 2006 en el Teatro Cine Las Vegas de Villanueva de la Serena, con William Michael Costello como director. La última vez, el 21 de noviembre de 2014 en el Palacio de Congresos de Badajoz, dirigida por Álvaro Albiach en el marco de la XXXVI Semana Musical de Santa Cecilia.
Ramón Ortega
Ganador en dos ocasiones del Premio ECHO y del Premio ARD de Munich en 2007, el oboísta granadino Ramón Ortega Quero es reconocido en todo el mundo como uno de los mejores oboístas de su generación. Es Oboe Principal de la Bayerische Rundfunk Sinfonieorchester (Mariss Jansons), cargo que compaginó en 2018 con Los Angeles Philharmonic (Gustavo Dudamel). Así, ha trabajado con los directores más reconocidos, como Riccardo Muti, Herbert Blomstedt, Sir Colin Davies, John Eliot Gardiner, Nikolaus Harnoncourt o Bernhard Haitink, por mencionar algunos.
Ramón Ortega Quero tiene una incensante actividad concertística, habiendo sido invitado como solista por orquestas como la MDR Sinfonieorchester, NDR Radiophilharmonie Hanover, Sinfonieorchester Basel, Wiener Kammerorchester o Sao Paulo Symphony, Orquesta de Extremadura, etc. Guarda una estrecha relación con formaciones como la Kammerakademie Potsdam, Konzerthausorchester Berlin, Hong Kong Sinfonietta, Scottish Chamber Orchestra, Münchener Kammerorchester y la Prague Philharmonia.
Como músico de cámara, ha compartido escenario con importantes músicos como Mitsuko Uchida, Elena Bashkirova, Janine Jansen, Guy Braunstein o Tabea Zimmermann, entre muchos otros. Con ellos ha tocado en las temporadas de Frankfurt, Berlín, Hannover, Valencia, Colonia, Vancouver, etc., y en festivales internacionales como Gstaad, Jerusalem, Heidelberger Frühling, Festival de Lucerna, Festspiele Mecklenburg-Vorpommern o el Rheingau Musikfestival.
En 2015 estrenó el Concierto “Legacy”, que el compositor Óscar Navarro le dedicó a él. En 2016 debutó en el Carnegie Hall de Nueva York y la pasada temporada fue invitado a tocar una gira con la Prague Philharmonia, conciertos con la Konzerthausorchester de Berlín (con Ivan Fischer), Scottish Chamber Orchestra (Robin Ticciati), Munich Chamber Orchestra o la Kammerakademie Potsdam. También recientemente ha realizado una gira asiática junto a la Taiwan National Symphony Orchestra y la Hong Kong Sinfonietta.
Ramón Ortega Quero ha grabado varios discos: su primer disco, “Shadows” (Solo Musica), fue premiado con el ECHO Klassik como Premio Revelación. Tras éste, grabó un disco de cámara junto a la Kammerakademie Postdam (Label Genuin), premiado de nuevo como Grabación del Año de música de cámara. También ha grabado “The Romantic Oboist” (Genuin) con la pianista Kateryna Titova, y el Concierto para oboe y violín de Bach junto a Janine Jansen para el sello DECCA.
En la temporada 18/19 fue Artista Residente en la Orquesta Ciudad de Granada, dirigiendo y tocando varios conciertos. Entre sus más próximos y recientes compromisos se encuentran conciertos con la Bachorchester Leipzig, Hungarian Chamber Orchestra, Philharmonie Zuidnederland (Bas Wiegers) o la Philharmonisches Orchester Bremerhaven (Marc Niemann). Además, ha sido invitado por los festivales de Mecklenburg- Vorpommern y West Cork Chamber Music Festival, entre otros.
Tras estudiar con Miguel Quirós en el Conservatorio de Granada, a los doce años entró a formar parte de la Orquesta Joven de Andalucía; en 2003, dio un gran salto en su carrera cuando Daniel Barenboim le incluyó como miembro de la West-Eastern Divan Orchestra, fundada junto a Edward Said y ganadora del Premio Príncipe de Asturias. Ramón Ortega Quero es además ganador de la beca Borletti Buitoni Trust London.
Henry Cheng
Henry Cheng, es ganador del primer premio del Concurso de Dirección Internacional Antal Dorati que se celebró en noviembre de 2018 y del concurso de dirección European Union de enero de 2018. Cheng es considerado internacionalmente como uno de los jóvenes directores de origen asiático estadounidense más relevante.
En la temporada 2018/2019, Henry ha sido ‘Artista Visitante’ de la Cornell University y actualmente es director titular y director artístico de la Klangkraft Orchester. Ha debutado como director de orquesta con la Orquesta Sinfónica de MAV, la Orquesta Filarmónica de Niza, la Cameristi della Scala, la Orquesta de Teatro de la Opereta de Budapest, la Filarmónica de Kodaly, la Sinfonietta de Pordo Sinfonietta, la Orquesta Sinfónica de Pazardzhik, la Orquesta Sinfónica de Ningbo, la Orquesta Sinfónica del Estado de Transilvania di Milano Giuseppe Verdi, el Teatro Carlo Felice, el Teatro Nacional Eslovaco, el Teatro Nacional «St. Petersburg Music Hall», la Orquesta Sinfónica de Extremadura, la Filarmónica Rusa de la Sinfónica de la Ciudad de Moscú y la Orquesta de la Academia del Festival de Atlanta.
En noviembre de 2017 fue nombrado Director titular y Director Artístico de la Orquesta Klangkraft en Duisburg, Alemania. Con un «nuevo y rico sonido orquestal de energía y vitalidad», hizo su debut en Klangkraft Orchester en el Festival Duisburger Akzente bajo el tema «Nie wieder Krieg» (nunca más guerra) y el título del programa «The World Dies Screaming», sobre la responsabilidad humanista del cambio climático.
Henry ha sido invitado a las clases magistrales de Bernard Haitink y la Orquesta del Festival de Lucerna, Kurt Masur en el Aurora Music Festival, Tugan Sokhiev con la Deutsches Symphonie Orchester y Riccardo Muti en la Academia de Ópera de Italia, en el verano de 2018.
Como profesor y defensor de la educación musical, ha trabajado y desarrollado programas con la Orquesta Sinfónica Juvenil Metropolitana, el Bochumer Symphoniker y el Proyecto Beethoven de la Universidad de Indiana. También ha trabajado con muchas escuelas intermedias y secundarias en su ciudad natal de Atlanta, GA.
Henry ha estrenado más de cuarenta obras nuevas, colaborando con artistas visuales, coreógrafos, bailarines y cantantes. Como director de ópera y entrenador, ha dirigido y tocado en producciones de Candide, Die Fledermaus, Dialogues des Carmélites, La Boheme, Matrimonio de Fígaro, Don Giovanni y Così fan tutte.
Recibió su licenciatura en piano en la Eastman School of Music con el profesor Thomas Schumacher. Como director, ha estudiado en la Universidad Estatal de Georgia, en la Universidad de Indiana y en la Universidad de las Artes de Berlín con los maestros Michael Palmer, Arthur Fagen, David Efron, Harry Curtis y Steven Sloane.