Notas al programa
En el sombrío espacio entre el deseo, la desilusión, la belleza y el dolor, asistimos a una de las declaraciones de esperanza más sublimes del siglo XIX. Parsifal fue el canto de cisne de Richard Wagner, su última ópera, o como él la denominó, su Bühnenweihfestspiel —festival escénico sagrado—. Su poder residía en el carácter más insospechado: la inocencia. La pureza del protagonista es capaz de superar cualquier herida para recobrar la dignidad y la reconciliación. Wagner impuso a su Parsifal una gran carga, o más bien le concedió el mayor de los privilegios, esto es, salvar a la práctica totalidad de los personajes de la ópera: a los caballeros del Grial de la decadencia que su rey, Amfortas, les ha causado al sucumbir a la tentación sexual; al rey Amfortas por la incurable herida que ha recibido a cambio de su pecado; a Kundry, la hechicera sin edad a cuyos brazos cedió, y a su interminable condena por burlarse de Cristo camino a la crucifixión. Tras una serie de pruebas iniciáticas, el propio Parsifal resurgirá como el redentor. No podía faltar la magia, ni la simbología. Si caben más desventuras, la herida del soberano es simultánea a la pérdida de la lanza sagrada a manos del malvado hechicero Klingsor, un caballero renegado que además reside en un fastuoso castillo al que rodea un bosque encantado, con mujeres-flores incluidas. A los caballeros del Grial no les queda más que aferrarse a la profecía: solo un joven puro e ingenuo, que ha aprendido lo que es la compasión, podrá curar a Amfortas.
La ansiada aparición de Parsifal y su búsqueda interior para redimir a los caballeros nos regala tres actos que deambulan entre el drama musical y el ritual litúrgico. Wagner lo estrenó en su templo escénico personal, Bayreuth, el 26 de julio de 1882, seis meses antes de su muerte. Allí recreó el santuario del Grial desde el mítico enclave español de Montsalvat, aunque adoptara como modelo la cúpula de la catedral de Siena. Pero el proceso creativo de la que tal vez sea la ópera más enigmática y esotérica de Wagner también vivió su propio proceso de curación. En concreto, comparó la creciente claridad con la que la ópera, aún por escribir, iba tomando forma con el proceso de maduración de la fruta. La primera vez que Wagner se ocupó de Parsifal fue en París cuatro décadas antes. Tenía poco más de treinta años cuando conectó con las fuentes literarias medievales que le llevarían hasta la copa sagrada a partir de Parzival, el poema épico del siglo XIII de Wolfram von Eschenbach. Su concepto acompañó al compositor durante toda su vida creativa: “durch Mitleid wissend, der reine Tor”, así su héroe, “sabio por la compasión”, sería un loco, “tonto” o necio puro. Frente al Parsifal medieval, un protagonista totalmente activo, Wagner dibujó un personaje cuya acción decisiva partía de un rechazo. Hasta que el drama está muy avanzado, Parsifal no consigue comprender el valor de luchar ante la duda. La solemnidad, la ambivalencia sacra y profana o su enrevesada trama argumental condujeron a Wagner a posponer el reto en varias ocasiones, sobre todo ante la composición de Tristan und Isolda (1865). En dos cartas a Mathilde Wesendonck, escritas en mayo de 1859 y agosto de 1860, Wagner ya mencionaba sus dificultades dramáticas, aunque afirmaba que seguía trabajando en el material de Parzival. El primer borrador en prosa no llegaría hasta 1865; y el segundo, escrito principalmente en forma de diálogo, no se completaría hasta 1877. Tras idear el libreto, Wagner se sumergió de lleno en la composición musical entre agosto de 1877 y abril de 1879.
Como es habitual en las óperas de su madurez, Parsifal está plagada de leitmotivs, temas musicales que se repiten asociados a ideas dramáticas concretas. Ya en su exquisito Preludio al primer acto advertimos casi un catálogo que atravesará cada una de las escenas. Wagner se anticipó y lo estrenó en un concierto privado en Múnich ante Luis II de Baviera en 1880. Sus notas al programa ofrecen en su título una trinidad reveladora: “Amor-Fe-Esperanza”. Así, para el tema de reapertura, “Amor”, Wagner parafraseó las palabras de Cristo en la Última Cena: “Tomad mi cuerpo, tomad mi sangre, en señal de nuestro amor”. Este motivo del “Amor” se “repite en débiles susurros de voces angelicales”. El segundo tema, “La fe”, será aquella deseada promesa de redención “llenando la naturaleza con la fuerza más poderosa”. Es ahí donde, según él, brota la esperanza: “Una vez más oímos la promesa, y… ¡esperamos!”. Esta descripción tan sugerente nos descubre la riqueza de elementos místicos que inspiran la partitura, como ocurre con el tema del Grial, el cáliz sagrado que custodian sus caballeros. Wagner lo resguarda bajo el reconocido “Amén de Dresde”, una figura ascendente de seis acordes que Johann Gottlieb Naumann (1741-1801) concibió para la iglesia de la Santa Cruz de Dresde. Lo escucharemos primero suspendido en las cuerdas, con eco en la sección de viento madera. En cambio, el carácter inquebrantable de la fe se reserva a los timbales y la sección de viento metal. Comprobaremos cómo Wagner incorpora a la textura musical el proceso psicológico del drama, el sufrimiento, la culpa, la desdicha o la redención.
En este viaje interior hacia la iluminación, Wagner otorga a Parsifal una simetría de una bella simplicidad incontestable: la incomprensión del caballero cuando asiste por primera vez a la ceremonia del Grial, oficiada por el sufriente guardián del cáliz Amfortas, y su acto de curación mediante la lanza sagrada en la escena final. Ambos pilares se conectan con la prueba del héroe, ajeno a cualquier perversión. En su estructura tripartita, Wagner estrecha el primer y el tercer acto, situados en el santuario, para evocar una atmósfera sonora ligada a la espiritualidad y el ritual en la que el tiempo narrativo parece detenerse. Así lo escucharemos en el primer acto, cuando el caballero del Grial, Gurnemanz, revele a Parsifal el drama de Amfortas y la imposibilidad de celebrar la misa: “aquí el tiempo nace del espacio”; y en el tercer acto, cuando de nuevo ambos presencien el célebre “Hechizo de Viernes Santo” o en el excepcional solo final de Parsifal. Para ello, Wagner emplea un lenguaje predominantemente diatónico y una orquestación diáfana, de timbres más austeros. El segundo acto asimilará el contraste de la ópera al trasladarnos hacia el castillo del maléfico Klingsor. Su sonoridad recrea la lucha entre el deseo y la frustración con un uso abundante del cromatismo, de la disonancia no resuelta y de un color orquestal de mayor densidad, en el que penetran los gritos y gemidos agónicos de Kundry y su escalofriante caída vocal, de casi dos octavas de extensión, cuando confiesa su culpa. La ópera explora tres estadios: la agonía, la epifanía del joven Parsifal, cuya compasión por Amfortas le permite superar su dolor y resistir a las tentaciones de Klingsor y Kundry, y, por último, la apoteosis del redentor, quien además de curar la herida de Amfortas, bautiza a Kundry y la redime en una muerte pacífica.
El triunfo de la piedad y la fe sobre el dolor y la ira alcanza una trascendencia de cinco horas de duración. En su estreno en Bayreuth, la transformación escénica del bosque sagrado al templo de los caballeros del Grial duró más que la propia música. En esta ocasión, Parsifal dividirá su brindis sagrado en dos representaciones al frente del talento de Pablo Heras-Casado. Con esta promesa renovada, Wagner liberó con Parsifal la sangre que brota y resplandece en el cáliz, la que derrama sobre todo lo que vive y languidece, según sus diarios, la gracia de la redención que logra el amor.
© Carmen Noheda
Carmen Noheda es investigadora posdoctoral Margarita Salas en el Centre for Research in Opera and Music Theatre (University of Sussex). Es doctora en musicología con Premio extraordinario de doctorado por la Universidad Complutense de Madrid, licenciada en historia y ciencias de la música (UCM) y titulada superior en clarinete (RCSMM), con ambos premios de fin de carrera. Entre 2015 y 2019 disfrutó de un contrato predoctoral de Formación del Profesorado Universitario (UCM) y ha realizado estancias de investigación en Seoul National University, University of California Los Angeles y Universidade Federal do Rio de Janeiro. Recientemente, ha trabajado en el archivo musical del compositor Luis de Pablo (ICCMU-SGAE, 2021) y colabora regularmente en actividades de divulgación con la OCNE, CNDM, Teatro Real, ORCAM, Ópera Joven de la Diputación de Badajoz, Fundación SGAE o Radio clásica de RNE. Su línea de investigación se centra en la ópera contemporánea española.
Pablo Heras-Casado
Pablo Heras-Casado disfruta de una carrera inusualmente variada y amplia, que abarca el gran repertorio sinfónico y operístico, interpretaciones históricas y partituras contemporáneas. Su carácter musical se refleja en la calidad de las relaciones a largo plazo que mantiene con prestigiosas orquestas de todo el mundo, y continúa desarrollando nuevas conexiones y una programación emocionante cada año.
Muy solicitado como director invitado, actúa regularmente en Europa con las orquestas Philharmonia y Sinfónica de Londres, Orquesta de París, Münchner Philharmoniker, Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks, Staatskapelle Berlin, Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia, Tonhalle-Orchester Zürich y Orquesta Filarmónica de Israel, entre otras muchas. También ha dirigido la Berliner y Wiener Philharmoniker, la Orquesta Mariinsky, mientras que en Norteamérica se le ve con las orquestas sinfónicas de San Francisco, Chicago, Pittsburgh, Minnesota, Filadelfia, la Filarmónica de Los Ángeles y la Orchestre symphonique de Montréal. Heras-Casado fue director principal de la Orchestra of St. Luke’s de Nueva York entre 2011 y 2017, habiendo actuado en el Carnegie Hall y grabado junto a ella.
En el ámbito operístico, actualmente dirige el Ciclo del Anillo completo de Wagner durante cuatro temporadas consecutivas en el Teatro Real de Madrid, donde es Principal Director Invitado, llegando a su conclusión esta temporada. Debutó en la Wiener Staatsoper en 2020/21, con L’Incoronazione di Poppea de Monteverdi, esta temporada dirige una reposición de la misma producción y también L’Orfeo. También ha actuado anteriormente en la Staatsoper Unter den Linden y en la Deutsche Oper de Berlín, en la Metropolitan Opera de Nueva York, en el Festival d’Aix-en-Provence y en el Festspiel Baden-Baden.
Disfruta de una fructífera colaboración con la Freiburger Barockorchester, con extensas giras y proyectos de grabación, incluyendo apariciones en el Mostly Mozart Festival en el Lincoln Center, el Festival d’Aix-en-Provence, los BBC Proms y el Het Concertgebouw de Ámsterdam, como parte de una residencia como artista principal de la serie NTR Matinee de la histórica sala. Recientemente ha desarrollado una estrecha colaboración con el Festival de Verbier y anteriormente fue director del Festival de Granada.
Una extensa discografía para harmonia mundi, reconocida como Sello del Año 2018 en los Premios Gramophone, incluye la Consagración de la Primavera de Stravinsky junto a Péter Eötvös Alhambra, con Orquesta de París e Isabelle Faust, obra que co-comisionó para el Festival de Granada, y varios lanzamientos en celebración del aniversario de Beethoven en 2020, incluyendo la Sinfonía No. 9 la integral de los Conciertos para Piano y la Fantasía Coral, con Kristian Bezuidenhout al fortepiano, el Triple Concierto, con Isabelle Faust, Jean-Guihen Queyras y Alexander Melnikov, y otras obras orquestales. Una serie en desarrollo titulada «Die Neue Romantik» presenta música de Mendelssohn, Schumann y Schubert, y otros discos del sello incluyen Manuel de Falla, con la Mahler Chamber Orchestra; Debussy, con la Philharmonia Orchestra; Bartók con la Münchner Philharmoniker y Javier Perianes; un lanzamiento en DVD de Der Fliegende Holländer de Wagner en el Teatro Real; y Selva morale e spirituale de Monteverdi con Balthasar-Neumann-Chor & Ensemble. Ha recibido numerosos premios, entre ellos dos Preis der Deutschen Schallplattenkritik, dos Diapason d’Or y un Grammy Latino, y ha grabado para Deutsche Grammophon, Decca y Sony Classical.
Dedicado a la educación, Heras-Casado se compromete personalmente a trabajar con jóvenes músicos de todo el mundo, dirigiendo regularmente conjuntos y proyectos juveniles, como la Karajan Akademie der Berliner Philharmoniker, la Juilliard School of Music Orchestra y el conjunto Juilliard415, la RCO Young, la Escuela de Música Reina Sofía, la Fundación Barenboim-Said, la Orquesta Joven de Andalucía, la Pan-Caucasian Youth Orchestra y la Gustav Mahler Academy.
Artista del Año 2021 en los International Classic Music Awards, y Director del Año 2014 de Musical America,
Heras-Casado está en posesión de la Medalla de Honor de la Fundación Rodríguez Acosta, Medalla de Andalucía 2019 y Premio Embajador de esta región. Es Embajador de Honor y receptor de la Medalla de Oro al Mérito de la Diputación de Granada, así como Ciudadano de Honor de la Provincia de Granada, su ciudad natal. En 2018 se le concede el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa.
Muy comprometido con la organización benéfica española Ayuda en Acción como Embajador Global, Heras-Casado apoya y promueve la labor de la organización a nivel internacional, y dirige un concierto benéfico anual en el Teatro Real de Madrid.
Reparto
Christopher Ventris
Christopher Ventris sigue siendo uno de los principales Heldentenor del mundo y goza de una reputación inigualable como el Siegmund y Parsifal preeminente de su generación. Desde su aclamado debut en el Bayreuther Festspiele como Parsifal en la nueva producción de Stefan Herheim (Daniele Gatti), ha tenido innumerables apariciones en el papel, incluyendo la Wiener Staatsoper (bajo la dirección de Franz Welser-Möst y Semyon Bychkov), Bayerische Staatsoper (Kent Nagano), Royal Opera House, Covent Garden (Bernard Haitink), Opéra national de Paris (Hartmut Haenchen), San Francisco Opera (Donald Runnicles) y Opernhaus Zürich (Haitink), esta última actuación inmortalizada en DVD. Como Siegmund (Die Walküre), Ventris ha actuado en la Wiener Staatsoper (Sir Simon Rattle), Bayreuther Festspiele, (Marek Janowski), Semperoper Dresden (Christian Thielemann), Washington National Opera (Philippe Auguin), Dutch National Opera (Marc Albrecht) y aparece en una grabación en directo de la Wiener Staastoper (Thielemann).
En el repertorio de Wagner, Ventris se unió a Philippe Jordan en el Salzburger Festspiele en el papel principal de la menos representada Rienzi, hizo su debut como Tannhäuser bajo la dirección de Sir Mark Elder en la Ópera Nacional de París, y apareció como Lohengrin en el Grand Théâtre de Genève, el Teatro Real de Madrid y la Ópera de Dallas. Su reciente debut en el papel de Tristan und Isolde, en el Théâtre de la Monnaie, bajo la dirección musical de Alain Altinoglu, fue recibido con grandes elogios: «En el dúo de amor, cantó con una calidez melosa, mezclándose maravillosamente con Isolde y la orquesta de abajo…» y le siguieron otras actuaciones en concierto en la Royal Danish Opera bajo la dirección de Lothar Koenigs.
Si bien la música de Wagner ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de su carrera internacional, la flexibilidad del repertorio de Ventris ha sido fundamental para su éxito duradero: se le ha visto como Peter Grimes en la Opernhaus Zürich y la Deutsche Oper Berlin, Florestan (Fidelio) en la Washington National Opera, Sergei (Lady Macbeth de Mtsensk) en Ginebra, Madrid, Londres y Bruselas, y Jimmy Mahoney (Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny) en la Berliner Staatsoper, la Opernhaus Zürich y la Wiener Staatsoper. Števa en Jenůfa de Janáček marcó su debut en la Metropolitan Opera y más recientemente cantó Laca en la nueva producción de Dmitri Tcherniakov en la Opernhaus Zürich. Max (Der Freischütz) marcó su debut en el Teatro alla Scala, apareció como Palestrina de Pfitzner en la Bayerische Staatsoper y uno de sus muchos papeles en la Royal Opera House, Covent Garden fue Manolios en La Pasión Griega de Martinu. Su debut en el papel del Príncipe Andrey Khovansky (Khovanshchina) en la Wiener Staatsoper bajo la dirección de Semyon Bychkov, se vio posteriormente en el Royal Albert Hall de Londres como parte de los BBC Proms de 2017 y volvió a la ópera del Metropolitan en la temporada 2019/20 en su debut en el papel de Tambour-Major (Wozzeck), bajo la dirección de Yannick Nézet-Séguin y en la aclamada producción de William Kentridge. En la temporada actual, Christopher Ventris se une a la Orquesta Sinfónica de Islandia y a Eva Ollikainen para las representaciones de Die Walküre y repone su Tambour-Major tanto con la Orquesta Sinfónica de Boston bajo la dirección de Andris Nelsons, en el Boston Symphony Hall y el Carnegie Hall, como en el Palau de les Arts Reina Sofía bajo la dirección de James Gaffigan.
Allison Cook
La reputación de Allison Cook como una de las principales exponentes actuales del repertorio contemporáneo y del siglo XX se ha consolidado gracias a la reciente creación de una serie de formidables personajes. Su versatilidad dramática y su extenso registro vocal han dado forma a una carrera única que incorpora tanto papeles de mezzo como de soprano, entre los que se incluyen Judith (El castillo de Barba Azul), Miss Jessel (La vuelta de tuerca), Salomé, Marie (Wozzeck), Erwartung de Schoenberg y Émilie de Saariaho. Esta temporada Allison añade dos nuevos papeles importantes a su repertorio: Princesa extranjera (Rusalka) para la Ópera Nacional de Bergen bajo la dirección de Eivind Gullberg Jensen, y Venus (Tannhäuser) para la Opernhaus Wuppertal bajo la dirección de Patrick Hahn.
La temporada pasada incluyó el regreso de Allison a The Royal Opera House, Covent Garden bajo la dirección de Thomas Adès en la primera puesta en escena de Alice’s Adventures Underground de Gerald Barry, así como el estreno mundial de Dido’s Ghost de Errollyn Wallen con el Dunedin Consort en el Barbican y el Festival Internacional de Edimburgo. Otros hitos recientes son Judith en El castillo de Barba Azul en el Festival Enescu bajo la dirección de Cristian Mandeal, la Suite Émilie de Saariaho con la Orquesta Sinfónica de Gävle y su regreso al Teatro alla Scala como la Marquesa de Merteuil en el Cuarteto de Luca Francesconi. La Marquesa, en particular, le ha valido a Cook elogios unánimes, desde su estreno mundial en la Scala hasta las posteriores producciones en el Gran Teatre del Liceu, el Théâtre Royal de la Monnaie, el Teatr Wielki, el Teatro Colón de Buenos Aires, así como en el Wiener Festwochen, la Cité de la Musique y los festivales de Holanda y Estrasburgo. Un lugar igualmente especial en su repertorio es el papel de la Duquesa en Powder Her Face, de Thomas Adès, que ha hecho debutar en gira en Nueva York, Québec, Varsovia y Bruselas.
Otros hitos importantes han sido el debut de Allison en el papel de Salomé en la nueva producción de Adina Jacobs para la English National Opera, que le valió a Allison elogios por su comprometida interpretación y su «tono brillante» (Opera Magazine), y el estreno mundial de L’Enigma De Lea de Casablancas para el Gran Teatre del Liceu, obra que repite esta temporada con la Orquesta Sinfónica de Barcelona, La señorita Jessel en La vuelta de tuerca de Kasper Holten para el Teatro alla Scala bajo la dirección de Christoph Eschenbach, Judith en la producción fundamental de El castillo de Barba Azul de Mariusz Treliński para el Teatr Wielki, y el debut de Allison con la Filarmónica de Berlín en El diario de un desaparecido. En la Royal Opera House, Covent Garden, Cook ha aparecido en Wozzeck, Anna Nicole de Turnage y en la nueva producción de Krzysztof Warlikowski de From the House of the Dead de Janáček.
Raimund Nolte
Después de completar sus estudios en matemáticas, pedagogía musical y viola en Colonia, Raimund Nolte estudió canto principalmente con el Prof. Josef Metternich y el Prof. Irmgard Hartmann. Recibió su diploma en la Musikhochschule de Maguncia y ahora trabaja con Gundula Hintz.
Después de sus apariciones iniciales en el escenario con el estudio de ópera de la Ópera del Rin alemana, Harry Kupfer lo escuchó en 1996 y le pidió que se uniera a la Komische Oper en Berlín, permaneciendo como miembro del conjunto durante los siguientes cuatro años cruciales. Otros compromisos lo llevaron a numerosos teatros de ópera, más recientemente a la compañía de ópera en Halle (2005-2009). Allí fue solicitado no solo como handeliano, sino también en muchos de los papeles principales de su métier vocal, por ejemplo, los papeles principales de Eugene Onegin, Don Giovanni y «Il Prigioniero» de Dallapiccola.
Después de sus debuts en las últimas temporadas en la Opéra national du Rhin de Estrasburgo, en la Ópera Estatal de Hamburgo, la Ópera Estatal de Berlín, la Semperoper de Dresde, la Opéra Bastille de París y el Teatro Real de Madrid desde 2015, Raimund Nolte se escucha regularmente en el Festival de Bayreuth. En 2022 cantará «Donner» en «Das Rheingold» en la nueva producción de «Der Ring der Nibelungen».
Como cantante de concierto ha trabajado con directores importantes como Nikolaus Harnoncourt, Trevor Pinnock, René Jacobs y Reinhard Goebel, apareciendo bajo su batuta en muchos de los principales festivales de música europeos, por ejemplo, Salzburgo, Ansbach, Praga, París, Londres, Graz. Ludwigsburg, Dresde, Islas Canarias, Flandes y festivales holandeses, festivales de Handel en Karlsruhe, Halle y Göttingen.
Numerosos CDs que van desde Bach hasta Bernstein dan fe de su versatilidad. Su grabación completa de las solocantatas italianas de Händel para bajo obtuvo las mejores críticas en revistas internacionales.
Raimund Nolte es profesor de canto en la Universidad de Música y Danza de Colonia.
Derek Welton
Desde sus primeras actuaciones como Donner en Das Rheingold bajo la dirección de Richard Farnes en la Opera North y como Klingsor en Parsifal en el Festival de Música de Pekín, el bajo-barítono australiano Derek Welton se ha consolidado como un destacado intérprete de Wagner. Welton apareció en la Semperoper de Dresde como el Heraldo en Lohengrin bajo la batuta de Christian Thielemann, como Klingsor en el Festival de Bayreuth bajo la dirección de Hartmuth Haenchen, y en la Bayerische Staatsoper bajo la dirección de Kirill Petrenko, en ambos casos debutando en la casa, y estos éxitos le llevaron a realizar una aclamada actuación en su debut como Wotan (Das Rheingold) en la Deutsche Oper de Berlín bajo la dirección de Donald Runnicles.
Derek Welton fue solista en la Deutsche Oper Berlin de 2015 a 2020, donde amasó un amplio repertorio de papeles que incluyen Der Pförtner (Das Wunder der Heliane de Korngold), Altair (Die ägyptische Helena), Peter Besenbinder (Hänsel und Gretel), Forester (The Cunning Little Vixen) y Prus (The Makropulos Case).
Entre sus compromisos como invitado cabe destacar el papel de Herzog von Albany en Lear, en el Festival de Salzburgo (Franz Welser-Möst), en la Ópera Nacional de París y en el Maggio Musicale Fiorentino (Fabio Luisi), Pandolfe (Cendrillon) en su debut en la Lyric Opera de Chicago (Sir Andrew Davis), Voland en Der Meister und Margarita de York Höller en la Staatsoper de Hamburgo (Marcus Bosch), Pangloss en Candide en el Teatro dell’Opera di Roma y Figaro de Mozart en Glyndebourne. En las últimas temporadas ha cosechado grandes éxitos como Orest en Elektra, que ha cantado en el Festival de Salzburgo, la Staatsoper de Viena (Welser-Möst) y el Palau de les Arts Reina Sofia (Marc Albrecht).
Cerrando su temporada 2020/21 como Wotan en la nueva producción de Stefan Herheim de Das Rheingold en la Deutsche Oper Berlin, Derek Welton regresó al Festival de Bayreuth como Klingsor bajo la dirección de Thielemann antes de abrir la temporada 2021/2022 con su debut en la Dutch National Opera en Der Zwerg de Zemlinsky, bajo la dirección musical de Lorenzo Viotti. Otros hitos de la temporada son Wotan en las interpretaciones históricas de Das Rheingold con Concerto Köln bajo la dirección de Kent Nagano, y su debut en la Royal Opera House, Covent Garden como el Heraldo en Lohengrin, bajo la dirección de Jakub Hrůša.
Welton es un consumado y variado concertista que ha actuado en Europa, América del Norte, Asia y Australasia en muchas obras corales y orquestales, así como en una amplia gama de repertorio de canciones. Entre sus actuaciones más recientes destacan La epopeya de Gilgamesh de Martinů con la Orquesta Filarmónica Checa (Manfred Honeck), Un niño de nuestro tiempo con la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig (Stefan Asbury), la Pasión de San Mateo con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam (Pablo Heras-Casado) y la Misa en fa menor de Bruckner en los Proms de la BBC (Juanjo Mena). Cantó el papel principal de El castillo de Barba Azul en el Festival George Enescu (Christian Mandeal), Don Pizarro en Fidelio con la Orquesta Hallé (Sir Mark Elder) y, más recientemente, cantó los papeles de Creonte y El Mensajero en Œdipus Rex con la Filarmónica de Berlín (Kirill Petrenko).
La discografía de Derek Welton incluye DVDs de Elektra (Unitel), The Epic of Gilgamesh (Supraphon Records), Das Wunder der Heliane (Naxos), Lohengrin (Deutsche Grammophon). En CD se le puede escuchar como Creonte en L’anima del filosofo de Haydn (Pinchgut Live), en dos grabaciones de la Sinfonía nº 9 de Beethoven (Ondine y Brattle Media) y en un recital en solitario de canciones de Vaughan Williams con Iain Burnside para Albion Records.
Javier Castañeda
Natural de Palencia, compagina sus estudios de Ingeniería Industrial y Antropología con la carrera de Piano, ambos en Valladolid. Descubre su vocación por el canto unos años más tarde, trasladándose a Madrid para formarse en el Escuela Superior de Canto de la mano de Juan Lomba. Recibe además clases magistrales de Carlos Álvarez y Deborah Polaski.
Comienza su experiencia artística en 2015. Participa en diversas producciones con el colectivo Ópera de Madrid en el Teatro Victoria de la ciudad… Rigoletto, Il barbiere di Siviglia, La Bohème, L’elisir d’amore, La del manojo de rosas y La verbena de la Paloma, entre otros.
En los últimos años debuta en teatros como el Teatro Calderón de Valladolid con Un ballo in maschera (Samuel), Villamarta de Jerez cantando el rol de Ferrando de Il trovatore, en el Campoamor de Oviedo, con el exigente rol de Zaccaria de Nabucco, y en la Maestranza de Sevilla como el Doctor de Pelléas et Mélisande.
De sus últimos compromisos destaca su regreso al Villamarta para interpretar el papel del Conde de Grieux de Manon y a la Maestranza en Roberto Devereux, y muy especialmente, su debut en el Teatro de la Zarzuela en La Celestina y en la Fundación March de Madrid en El caballero avaro.
En el terreno del oratorio, interpreta el Messiah y Samson de Haendel, el Requiem de Mozart, y el Magnificat y las Cantatas de Bach. Recientemente ha interpretado el Stabat Mater de Haydn con la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, dirigido por Jordi Casas, y el Requiem de Verdi con la Orquesta Filarmónica de Málaga.
En breve debutará en el Teatro Cervantes de Málaga con Il barbieri di Siviglia y en el Palau de les Arts de Valencia con Ernani.
Coro de Cámara de Extremadura
Nace en agosto de 2011 por iniciativa de los componentes del Coro de la Fundación Orquesta de Extremadura, con el fin de desarrollar y promocionar una oferta músico-coral de calidad. Acercar la música coral a todos los públicos y difundir el interés por el canto constituyen sus objetivos fundacionales.
Sus componentes son, en su mayoría, profesores o estudiantes de música, gran parte en la especialidad de Canto, y con una amplia experiencia sinfónica-coral, desarrollada con la Orquesta de Extremadura, que incluyen obras como Mesías o Dixit Dominus (Haendel), Réquiem (Fauré-Mozart-Cherubini), Magnificat (Bach), La Canción del destino (Brahms), Novena Sinfonía (Beethoven), Barberillo de Lavapiés (Barbieri), o Misa ”In tempore Belli” (Haydn). Ha interpretado Carmina Burana (C. Orff) en el Teatro Real de Madrid junto con el Coro y Orquesta de la Comunidad de Madrid, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez.
Cuenta también con un amplio repertorio en música antigua, (Monteverdi, Domenico Scarlatti, destacando Stabat Mater a diez voces), polifonía romántica (Schumann, Mendelssohn…) y del siglo XXI, la música americana, su repertorio navideño y un atractivo programa de zarzuela.
Ha estrenado obras contemporáneas de compositores como Luis Robles o el asturiano José María Martínez, cuya antología de Villancicos Pixuetos, se estrenó en noviembre de 2013. En este sentido, es sobresaliente el estreno de la obra Disparos de luz, del compositor extremeño José Ignacio de la Peña, junto a la Orquesta de Extremadura, dirigidos por el maestro Jordi Francés, en abril de 2018.
Sin duda, una de las actuaciones de mayor relevancia ha sido su participación en la ópera Samson et Dalila, de Saint-Saëns, en la inauguración de la 65ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida en 2019, bajo la dirección artística de Paco Azorín y la dirección musical del maestro Albiach al frente de la Orquesta de Extremadura, con críticas muy elogiosas a nivel nacional.
Entre sus últimos compromisos figuran la participación, en noviembre de 2019, en la ópera L’elisir d’amore, producción de Ópera Joven de Diputación Provincial de Badajoz y un nuevo Mesías como coro de escenario para la Obra Social la Caixa en diciembre.
Desde su fundación está dirigido por Amaya Añúa Tejedor.