Notas al programa
A estas alturas, los conciertos de la Orquesta de Extremadura en colaboración con la Escuela Superior de Música Reina Sofía se han convertido en una saludable tradición. Año tras año, destacados miembros de su alumnado participan en uno de los abonos de la sinfónica regional, dejando para el recuerdo memorables tardes de música e ímpetu juvenil.
En esta ocasión, la velada se abrirá con la sugerente propuesta del joven compositor Sevan Gharibian, alumno de la Escuela desde 2020. Su título, Saccidānanda. Inspirada en la filosofía del hinduismo y tal como nos explica el propio autor, la obra se divide en tres movimientos relacionados con el carácter tripartito de la naturaleza esencial de la realidad última: existencia (sat), conciencia (cit) y dicha (ānanda). Las referencias a la música de la India planean durante toda la obra entremezcladas con el personal lenguaje del autor. En el primer movimiento percibimos un patrón rítmico recurrente, al modo de los talas indios, la presencia de pedales graves y alusiones a los trazos melódicos típicos de la tanpura, instrumento de cuerda tradicional. En el segundo movimiento, según Gharibian “la textura se desarrolla en una atmósfera fugaz” en la que “sonidos efímeros emergen y se desvanecen, atravesados por una melodía velada —inspirada en una canción de Viasa— que se fragmenta entre las maderas”. En el último, que representa la dicha o la felicidad pura, se “evocan ecos de canto y danza” en un “juego de júbilo colectivo” polifónico a partir de diseños melódicos y rítmicos que aluden de nuevo a la música tradicional india.
De la Cátedra de Composición nos desplazamos a la de Contrabajo junto a Ramsés Martínez. El joven venezolano interpretará el Concierto nº 1 de Giovanni Bottesini, director, compositor e instrumentista conocido en la segunda mitad del siglo XIX como el Paganini del contrabajo. Bottesini, que tocaba un contrabajo de tres cuerdas con la afinación de solista (elevada un tono), participa con esta obra del espíritu de la exhibición virtuosa, tan del gusto de la época. Pero, desde su comienzo, presenta la influencia lírica y dramática del género operístico que Bottesini cultivó en su vida como compositor y como director, poniéndose al frente de relevantes producciones como el estreno de Aida en el Cairo en 1871. Así, al apasionamiento romántico del primer movimiento le sigue el lirismo de aria del Andante, para concluir con un final vibrante de escritura ágil y exigente para el solista que alterna pasajes de brillo virtuosístico con otros de exceso expresivo.
Como una suerte de contrapunto al aire de juventud que impregna el programa, la segunda parte del concierto está dedicada a la sinfonía que confirma la madurez artística de Chaikovski. Siempre encontramos problemático ese ejercicio recurrente que consiste en vincular las experiencias vitales de un autor en un determinado momento con el carácter de su producción musical. Recordemos a este respecto que la Quinta Sinfonía de Beethoven, fresca aún en la memoria reciente del público de la OEX, se escribió a la par que la Pastoral, cuyo temperamento no puede ser más opuesto. Sin embargo, en el caso de la Cuarta Sinfonía de Chaikovski no podemos eludir las circunstancias por las que éste atravesaba durante su composición, según conocemos por sus propias cartas. 1877 es el año de su brevísimo y desastroso matrimonio con Antonina Miliukova, antigua alumna con la que Chaikovski se casó para tratar de evitar el escándalo social que, especialmente para su familia, habría supuesto su homosexualidad. El colapso nervioso que conllevó para él tal claudicación propició su huida de Rusia tras pocas semanas de convivencia con su atribulada esposa. El diseño de la obra fue llevado a cabo justo los meses antes de la boda. El propio compositor describiría tiempo después su estado de ánimo de ese momento: “Durante el invierno pasado, cuando estaba escribiendo esta sinfonía, me encontraba profundamente deprimido, y la obra es un eco fiel de lo que estaba experimentando entonces. Pero se trata precisamente de un eco. ¿Cómo traducirlo en secuencias de palabras claras y concretas? No puedo, no sé hacerlo. He olvidado ya muchas cosas y sólo quedan recuerdos generales de la pasión y de las impresionantes sensaciones vividas” El trabajo de orquestación se completó durante su exilio, tras los dramáticos episodios en torno a su matrimonio.
Chaikovski comienza a desbordar con esta obra los límites formales de la sinfonía. La dedica a Nadezhda von Meck, su mecenas y amiga en la distancia, a la que describe en sus cartas una suerte de programa oculto tras sus notas. La introducción comienza con una fanfarria que contiene una evidente referencia rítmica al comienzo de la Quinta de Beethoven que representa “el Destino, el fatal poder que impide que el ansia de felicidad llegue a su meta, que cuida celosamente que la dicha y la paz no logren imponerse”. Poco importa si Beethoven albergó en su cabeza la idea del “destino llamando a la puerta” o si tal noción fue en realidad un invento de su secretario Anton Schindler porque esta creencia, asentada en el imaginario de autores posteriores, ha tenido, como es evidente, consecuencias notorias. Tras la fanfarria, suspiros de desaliento abocan al tema con carácter de vals en trazo descendente, como una catábasis en la que la “desesperación acentúa su fuerza”. El pesimismo se aplaca fugazmente en el segundo tema, que habita el espacio de los sueños, único refugio posible, según lo expresa el propio compositor en sus misivas. El segundo movimiento, a modo de una canzona jalonada por el célebre solo del oboe, representa la melancolía que, en la soledad, genera el certero asalto de “un ejército de recuerdos”. “Hartazgo de la existencia”, nostalgia de la juventud y pensamientos sobre las “pérdidas irrevocables”. El Scherzo, concebido como otra evasión de la realidad inclemente, dibuja “caprichosos arabescos, figuras fugitivas que pasan por la imaginación cuando hemos bebido vino y nos sentimos achispados”. Y si en la Quinta de Beethoven el triunfo se impone ante la desesperación en el cuarto movimiento, en esta sinfonía no hay victoria ante el destino brutal, sino evasión. Así lo encontramos descrito en sus cartas a Nadezhda: “Si no mora la alegría en nuestro interior, contemplemos en derredor nuestro. Vayamos hacia el pueblo”. El espíritu popular se muestra a través de la cita a una popular canción del folclore ruso titulada “Un abedul se alza en el campo”. “Hay aún felicidad, felicidad llana, primitiva”, pero Chaikovski ha de conformarse con contemplarla como testigo. El programa de este concierto supone, en definitiva, un viaje entre las energías de la juventud y la severidad con la que la vida nos hace ingresar en la madurez. La directora Ana María Patiño-Osorio será la encargada de trazar este camino por el que transitaremos, como en la propia existencia, por paisajes de desesperación y huida, pero también de pasión y dicha.
© Santiago Pavón
Violinista de la Orquesta de Extremadura y Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración. Es divulgador y presenta las charlas previas a los conciertos de la temporada de la Orquesta de Extremadura.
Interpretaciones anteriores
La primera interpretación de la Sinfonía n.º 4 de Chaikovski data del 21 de octubre de 2005 en el Gran Teatro de Cáceres, dirigida por Jesús Amigo. La última es del 20 de octubre de 2017 en el Palacio de Congresos de Cáceres, dirigida por Andrés Salado.
Sevan Gharibian
Sevan nació en Ereván (Armenia) en 2000. Estudia desde 2020 en la Cátedra de Composición de la Escuela Superior de Música Reina Sofía con el profesor Fabián Panisello, gracias a las becas de la Fundación Albéniz y Helena Revoredo de Gut. En 2021 recibió el Diploma de alumno más sobresaliente de su cátedra de manos de S. M. la Reina Doña Sofía.
De origen armenio-libanés, también ha realizado estudios de violín, piano y dirección de orquesta, y se graduó en el Conservatorio Estatal Komitas de Ereván (clase del profesor Vartan Adjemian), donde ingresó a los 16 años, con los títulos de grado y máster, obteniendo las más altas calificaciones de la institución.
Ha participado en talleres y clases magistrales de compositores como Tristan Murail, Heinz Holliger, Jörg Widmann, Alessandro Solbiati, Bruno Mantovani y Claude Ledoux.
Reúne en su palmarés varios premios internacionales. Lustre, su pieza para voz y piano, ha recibido el primer premio del IX Concurso-Festival Internacional Renacimiento (Armenia). Su cuarteto de cuerdas Cedars ha sido grabado en el marco del VI String Quartet Smackdown de Golden Hornet en Austin (Estados Unidos). Es ganador del Concurso Internacional de Composición The Contemporary Piano (ICCTCP) 2020 organizado por An Art Artistry en Atenas (Grecia) con su pieza Three Færies. Como obra ganadora de la Convocatoria para Jóvenes Compositores 2021 de PluralEnsemble (España), Five Moons ha sido incluido en la Gira Nacional del conjunto. Ese mismo año ganó el IV Concurso Internacional de Composición Coral de la Asociación Internacional Armenian Little Singers (ALSCCC) con su pieza Nazan-Nabiko, que se alzó con el primer premio del jurado y el premio del público.
Sus obras han sido interpretadas en festivales como el Bachfest Leipzig 2023 (Alemania), el XI Festival Encuentros Sonoros, las XII Jornadas de Música Contemporánea Española, el IX Rafel Festival (España), el Komitas Festival y el Festival de Música de Cámara de Jóvenes Compositores Armenios (Armenia). En 2022, por un encargo de la Accademia della Voce del Piemonte, escribió la obra Green: Blue On Lake Maggiore para el proyecto Il suono dei parchi e dei laghi del Piemonte, que fue estrenada en Verbania (Italia).
Ramsés Martínez
Nació en Aragua (Venezuela) en 1999. Desde 2020 estudia en la Cátedra de Contrabajo Unidad Editorial de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, primero con el profesor Duncan McTier y, actualmente, con el profesor Wies de Boevé. Disfruta de becas MAEC/AECID y Fundación Albéniz. En 2023 recibió de manos de Su Majestad la Reina Doña Sofía el Diploma de alumno más sobresaliente de su cátedra.
Inició sus estudios musicales en el Sistema de Orquestas de Venezuela en 2011 con el maestro Francisco Javier Viloria Cedeño. Ha recibido lecciones magistrales de los maestros Klauss Stoll, Félix Petit, Edicson Ruiz, Dorin Marc, Alain Posch, Matthew McDonald y Philipp Stubenrauch.
En 2012 ingresó en la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, donde tuvo la ocasión de trabajar con el Maestro Simon Rattle. En 2014 ganó la plaza de primer contrabajo de la Orquesta Sinfónica José Félix Ribas, en 2016 la de Contrabajista Titular en la Orquesta Sinfónica de Aragua y en 2017 ingresó en la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil de Venezuela.
Ha participado como solista en el primer Festival de Contrabajistas del Estado (Venezuela), interpretando el concierto para contrabajo de Johann Baptist Vanhal, y como solista invitado con la Orquesta Sinfónica de Aragua. También ha debutado como solista en distintas orquestas del país.
Como alumno de la Escuela, ha tocado con la Orquesta Sinfónica Freixenet (dirigida por Pablo Heras-Casado, Andrés Orozco-Estrada, Juanjo Mena y Péter Csaba); con la Orquesta de Cámara Freixenet (dirigida por Sir András Schiff y Andrés Salado); con el Conjunto Barroco de la Escuela (dirigido por Paul Goodwin) y en el ciclo Ciudades Patrimonio de la Humanidad (Salamanca).
Asimismo, ha sido miembro del Quinteto de Contrabajos Bottesini de Unidad Editorial y de los grupos Barroco y Fundación Mutua Madrileña. Actualmente lo es del Cuarteto de Contrabajos Dittersdorf de Unidad Editorial y del Octeto Viena.
Ana María Patiño-Osorio
Ana María Patiño-Osorio es la ganadora del Segundo Premio, el Premio del Público y el Premio del Jurado Joven en el Concurso Malko para Jóvenes Directores de Copenhague en 2024. También es la primera Directora Asistente de la Orchestre de la Suisse Romande, seleccionada entre cerca de 300 candidatos, trabajando directamente con Jonathan Nott en las temporadas 22/23 y 23/24. Desde este nombramiento, Ana ha ido cosechando elogios como directora notable, expresando sabiduría, delicadeza y un profundo respeto por la música.
En enero de 2023, Ana intervino con éxito y con poca antelación para dirigir la OSR con el violinista Daniel Lozakovich y el pianista Mikhail Pletnev como solistas, de la que Le Temps escribió «toda la actuación de Ana María Patiño-Osorio impresionó por su fuerza y su tranquilidad de ser».
Entre los compromisos como invitada más destacados y recientes de Ana figuran la dirección de la Orquesta Iberacademy en la Mozartwoche de Salzburgo, la Orchestre de Chambre de Lausanne, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, la Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica Nacional de Uruguay (SODRE), la Orquesta Filarmónica de Medellín y la Orquesta Sinfonía por el Perú, con la que gira por Europa en septiembre de 2024. Con el aclamado tenor Juan Diego Flórez, la gira incluye conciertos en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el Palau de la Música Catalana de Barcelona, el Wiener Konzerthaus, el Victoria Hall de Ginebra y la Philharmonie de París.
Otros compromisos en la temporada 24/25 incluyen el regreso para una semana de abono con la Orquesta de la Suisse Romande y debuts con la Orquesta Nacional de Burdeos, Camerata de Ginebra, Orquesta Sinfónica «George Enescu» Filarmónica de Bucarest, Orquesta Sinfónica de la RTV croata y Filarmónica de Sofía.
Ana comenzó su formación musical como saxofonista antes de pasar a la dirección de orquesta. Completó su licenciatura en Dirección de Orquesta en la Universidad EAFIT de Medellín antes de ser aceptada en el prestigioso programa de maestría de Dirección Orquestal en la Zürcher Hochschule der Künste bajo la dirección de Johannes Schlaefli, donde se graduó con honores en 2021.
Durante ese tiempo, Ana asistió a varias clases magistrales con Herbert Bloomsted, Matthias Pintscher, Thomas Adès y Olaris Elt, y fue invitada por Bernard Haitink al Festival de Música de Lucerna en Suiza.
Desde 2015, Ana también ha estado involucrada con la Orquesta Iberacademy de Medellín, donde ha asistido a su cofundador y director Roberto González-Monjas en multitud de proyectos, incluyendo la dirección de la orquesta como directora invitada.
Finalista del Concurso Internacional de Dirección Solti con la Sinfónica de la Radio de Frankfurt en 2020, Ana es también ganadora del Premio Nacional 2021 al mejor Director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, y ganadora de la Beca de Dirección en Dirigentenforum des Deutschen Musikrates Alemania en 2019.