Programa 08

Temporada de conciertos

2021-2022

Alegorías del frenesí

17 de febrero Badajoz
18 de febrero Cáceres

Orquesta de Extremadura
Conrado Moya
Salvador Vázquez

Programa

1.

Joaquín Turina. La procesión del Rocío, op.9 (1913) *

Triana en fiesta
La procesión

Lorenzo Palomo. Concierto para marimba, «El jardín de Baco» (2021) **

Conrado Moya, marimba

2.

Jesús Guridi. Sinfonía Pirenaica (1945) *

Andante sostenuto — Allegro molto moderato
Presto ma non troppo
Allegro brioso

Salvador Vázquez, director

 

* Primera audición por la Orquesta de Extremadura
** Estreno absoluto

La creación sinfónica española protagoniza esta mirada de contrastes a la festividad y la orografía musicales. “Toda Triana está de fiesta” y así la retrató Turina en su homenaje a la romería que cada junio celebra su entrada triunfal con el estallido de la pólvora, el bullicio por soleares o el repique de campanas. La “fiesta musical” continúa con el brindis hedonista de la marimba que Lorenzo Palomo dedica a la deidad dionisiaca, y culmina con el paisaje sonoro de Guridi sobre las cumbres de los Pirineos, embriagado por el idilio del folclore vasco.

Notas al programa

Carácter, movilidad, color son miradas contrastantes a la festividad. Estas tres palabras calificaron a “la clásica fiesta de Sevilla” en el estreno de la primera obra sinfónica de Joaquín Turina (1882-1949): La procesión del Rocío, op. 9. Compuesta durante su última etapa de formación en la Schola Cantorum de París, La procesión del Rocío se estrenó con éxito en el Teatro Real bajo la dirección de su dedicatario, Enrique Fernández Arbós, al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid la noche del 30 de marzo de 1913. Este poema sinfónico exalta la Sevilla natal de Turina con la recreación sonora de la romería que, cada mes de junio, engalana Triana por su fiesta más celebrada. Así lo señala la partitura: “Triana está de fiesta”. El cuadro sinfónico, como anuncia su título, compone poéticamente el paso de la procesión del Rocío, pero su jolgorio inmediato al oído supuso una pericia técnica para su autor. El propio Turina declaró lo mucho que le había costado plantear, en dos partes en vez de tres, la heterogeneidad de sus elementos. Define la obra una seguidilla que enmarca la entrada triunfal de la Virgen, seguida de los carros y cofrades a caballo con varas y estandartes, un paseo “con música en medio de brillante cabalgata”. La alegría de la seguidilla entrelaza una copla por soleares, una oposición buscada entre júbilo y tristeza que daba respuesta a la inventiva musical del compositor: “todos sabemos que es muy sevillano el que tras el repiqueteo de los palillos se arranque algún malaje cantando algo de cementerio”. Así, la disparidad rítmica entre la seguidilla y la soleá solo podía culminar con la confusión que siembra un borracho al ritmo de garrotín. El fervor religioso se abre paso sin interrupción en la segunda parte de la obra, “La procesión”, con la estilización del sencillo tema que anuncia la flauta y el tamboril y la solemne sonoridad de una marcha entonada por los violonchelos. El bullicio de la entrada de la Virgen en su carreta de plata cede al recogimiento espiritual, que ensalza bruscamente un repique de campanas y el episódico estallido de los acentos de la Marcha Real en la trompeta. Permanecerá la resonancia de los espontáneos cantos y sus fastuosas danzas hasta marcar el fin de la procesión y difuminar su rumor en un intenso y vaporoso recuerdo. Esta descripción del trasfondo argumental de la obra no está exenta de un pintoresquismo que atiende, sin embargo, a una sólida estructura. Turina asoció su construcción formal a un “rondó Beethoveniano”, un ejercicio pleno de contrastes y repeticiones de breves temas directos, fugaces, en los que se refugia un paisaje sonoro experiencial. La impresión sonora de Turina en La procesión del Rocío cristalizó su ambiente festivo en una de las páginas sinfónicas más interpretadas del compositor, las que se rinden a las fiestas sevillanas. Para su creador bastaba con doblar una esquina para que se detuviera, como por encanto, aquella visión radiante de la algarabía y le sucediera una quietud sin transición.

La “fiesta musical” continúa con el estreno absoluto del Concierto para marimba “El jardín de Baco”, de Lorenzo Palomo (Ciudad Real, 1938). Con la misma vitalidad con la que ha expandido su música durante su ambiciosa trayectoria artística, Lorenzo Palomo nos regala un brindis hedonista dedicado a la deidad dionisíaca que estrenará, como solista a la marimba, Conrado Moya. El jardín de Baco se alumbró en una versión previa para guitarra y orquesta, gracias a la predilección que Lorenzo Palomo siente por un instrumento cuyo repertorio no ha dejado de enriquecer. Palomo consagra la partitura al culto pagano al dios Baco, tema mitológico prolífico en artes como la pintura que ha servido de inspiración al compositor. Su mirada se centra en la propuesta de uno de los maestros más reconocidos del Nápoles de mitad del siglo XVII: Massimo Stanzione. El Sacrificio a Baco (1634), obra que alberga el Museo del Prado, corona el Concierto para marimba para adentrarse en los tributos de flores, frutas y vino que ofrece hasta la extenuación una muchedumbre de mujeres. Son las bacantes de Tebas, quienes adoran la estatua del hijo de Júpiter y Sémele, envueltas en pieles y gritos frenéticos, “enardecidas por el vino”, como escribiera Ovidio en su Metamorfosis II. Coronado de hojas de parra y con su tirso en la mano, Baco contempla impávido esta escena de danza, plena de figuras en torsión y paños al vuelo, en la que casi puede escucharse el éxtasis sonoro de flautas y panderos que se eleva hacia el cielo.

La segunda parte del programa retoma el poema sinfónico con un paisaje imaginario que viaja a los Pirineos. Las esencias y peligros de las montañas dibujan la Sinfonía pirenaica (1945) del compositor vasco Jesús Guridi (1886-1961). Se ocupó de su estreno la Orquesta Sinfónica de Bilbao un año después de su composición ante la batuta de Jesús Arámbarri. Guridi, quien al igual que Turina se había formado en la Schola Cantorum de la capital francesa, irradió en la partitura el contorno sonoro de los cantos populares vascos que profundamente conocía en sus innumerables armonizaciones. Dividida en tres movimientos –Andante sostenuto-Allegro molto moderato, Presto ma non troppo y Allegro brioso–, su estructura aborda un ascenso extremo de sombras y gradaciones de luz conforme a la forma Sonata. Sus austeras texturas en la tesitura grave de la orquesta simulan el pie de las montañas para, progresivamente, dejar espacio a la luminosidad desde los misterios de sus faldas y el brillo que acaricia sus cumbres. Esta transparencia tímbrica se adivina en la concepción coral de las distintas secciones de la orquesta, que Guridi maneja como si fuera un inmenso órgano, su instrumento predilecto por el que desempeñó su cátedra en el Real Conservatorio de Madrid. La sonoridad oscura del primer movimiento se despeja en el segundo a ritmo de danza con el punzante requinto, el instrumento más pequeño de la familia del clarinete, un brío que se diluye entre los ecos arcaizantes de las dos arpas y la celesta. Cierra esta refinada estampa sonora sobre los Pirineos un tercer movimiento repleto de recurrentes contrastes rítmicos sobre un tema principal que prepararán su apoteósico final. Gerardo Diego dedicó una ovación en palabras al idilio escénico de la Sinfonía pirenaica. Para el poeta, se trataba de levantar a pulso la masa densa, geológica, mineral y sostenerla como un Atlas: “conseguir la totalidad panorámica sin detrimento de la hermosura concreta de cada rincón, de la lógica coordinatoria, de la variedad de matices dentro de una misma gama, del Pirineo de la ceniza verde, que cantó Góngora. Y la música española cuenta desde ahora con una sinfonía que puede parangonarse sin miedo con las alpinas, cevenólicas y carpáticas de otros meridianos y altitudes ilustres de la orografía musical”.

La creación sinfónica española es la protagonista de un programa que la Orquesta de Extremadura interpretará por primera vez, bajo la dirección de Salvador Vázquez. Tres alegorías del frenesí que traen al presente la impresión sonora de paisajes que se yerguen en una memoria ácrona y plural.

© Carmen Noheda

Carmen Noheda es investigadora posdoctoral Margarita Salas en el Centre for Research in Opera and Music Theatre (University of Sussex). Es doctora en musicología con Premio extraordinario de doctorado por la Universidad Complutense de Madrid, licenciada en historia y ciencias de la música (UCM) y titulada superior en clarinete (RCSMM), con ambos premios de fin de carrera. Entre 2015 y 2019 disfrutó de un contrato predoctoral de Formación del Profesorado Universitario (UCM) y ha realizado estancias de investigación en Seoul National University, University of California Los Angeles y Universidade Federal do Rio de Janeiro. Recientemente, ha trabajado en el archivo musical del compositor Luis de Pablo (ICCMU-SGAE, 2021) y colabora regularmente en actividades de divulgación con la OCNE, CNDM, Teatro Real, ORCAM, Ópera Joven de la Diputación de Badajoz, Fundación SGAE o Radio clásica de RNE. Su línea de investigación se centra en la ópera contemporánea española.

Lorenzo Palomo

Lorenzo Palomo es uno de los compositores españoles contemporáneos de mayor proyección internacional. Sus composiciones le han proporcionado éxitos rotundos en España y fuera de ella.

Nació en Ciudad Real en 1938. Cortas fechas después de su nacimiento, la familia se trasladó a Pozoblanco (Córdoba) y unos años después se fueron a vivir a Córdoba, donde el compositor pasó sus años de juventud.

Estudió piano y armonía en el Conservatorio de Córdoba y a los veinte años ingresó en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona, donde estudió composición con Joaquín Zamacois y piano con Sofía Puche de Mendlewicz. Más tarde, becado por la Fundación Juan March, estudió dirección de orquesta con Boris Goldovsky en Nueva York.

En 1973 fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica de Valencia, compaginándolo con el cargo de principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Manila, Filipinas. En esta época dirigió tanto conciertos como representaciones de ópera. En 1976 fue invitado a dirigir el concierto conmemorativo del Centenario de Manuel de Falla en Ginebra con la Orquesta de la Suisse Romande.

Su música ha sido interpretada en las salas de conciertos más prestigiosas del mundo, entre ellas Carnegie Hall (Nueva York), Symphony Hall (Boston), Verizon Hall (Kimmel Center, Filadelfia), Covent Garden (Londres), Suntory Hall (Tokio), Auditorium Tschaikowsky (Moscú), Philharmonie (Berlín), Konzerthaus (Berlín), Victoria Hall (Ginebra), Auditorio Nacional (Madrid), L’Auditori (Barcelona), Palau de la Música (Valencia), Teatro de la Maestranza (Sevilla), Palacio Euskalduna (Bilbao), Auditorio Manuel de Falla (Granada) y muchas otras.

Así mismo sus composiciones han sido interpretadas por muchas de las orquestas más importantes del mundo, entre ellas las Orquestas Sinfónicas de Boston, Filadelfia, Pittsburgh, Cincinnati, Sinfónica de Londres, Sinfónica de la Radio de Berlín, Ópera de Berlín, Filarmónica de Dresde, Sinfónica y Filarmónica de Hamburgo, Yomiuri Nippon de Tokio, Suisse Romande de Ginebra, Accademia Santa Cecilia de Roma, Filarmónicas de Bergen y Oslo, Sinfónica de la Nueva Rusia de Moscú, Nacional de España y Sinfónicas de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Euskadi, Sevilla, Castilla y León etc.

Su Majestad el Rey Juan Carlos I condecoró a Lorenzo Palomo con la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica por llevar con su música el nombre de España por el mundo.

Después de vivir 38 años en Berlín, donde ha sido miembro estable de la Ópera de la capital alemana (Deutsche Oper Berlin) desde 1981 a 2004, Lorenzo Palomo reside en Madrid desde 2019.

La casa discográfica NAXOS ha lanzado al mercado internacional en seis CDs las siguientes obras de Lorenzo Palomo: “Nocturnos de Andalucía”, “Canciones españolas”, “Cantos del alma”, “Sinfonía a Granada”, “Mi jardín solitario”, “Madrigal y Cinco canciones sefardíes”, “Concierto de Cienfuegos”, “Dulcinea”, “Sinfonía Córdoba”, “Fulgores”, “Arabescos”, “Caribiana” y “Humoresca”.

Igualmente está ya en el mercado, distribuido por NAXOS, el CD con la grabación del poema sinfónico con narrador “Dr. Seuss’ The Sneetches”.

Conrado Moya

El solista de marimba Conrado Moya es en la actualidad una de las figuras más representativas de su instrumento a nivel internacional, siendo aclamado por sus extraordinarias capacidades técnicas y expresivas, y su entrega en el escenario.

Conrado Moya desarrolla una intensa actividad como solista de marimba por todo el mundo: realiza recitales, interpreta junto a las principales orquestas, coros y bandas sinfónicas, y actúa en festivales internacionales como el PASIC de Indianápolis ―considerada la convención de percusión más importante del mundo―, el Festival Internacional de Marimba de Guatemala, el Festival Internacional de Marimbistas de Chiapas o el Festival Internacional de Música Mercedes-Benz de Shanghái, entre otros.

En el ámbito de la música de cámara, ha sido parte integrante de dúos, ensambles y agrupaciones como Li Biao Percussion Group o Marimba Quartett. Toda esta actividad le lleva a tocar en las principales salas de concierto de Europa, Asia y América, como el Liederhalle de Stuttgart, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Teatro Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, la Sala São Paulo, el Centro de Arte Oriental de Shanghái o el Centro Nacional de las Artes Escénicas de Beijing, entre otros.

Entre sus recientes proyectos destaca el estreno mundial del ‘Concierto para piano y orquesta’ de Joaquín Rodrigo en su versión para marimba ―transcrito por el propio Conrado Moya y autorizado en exclusiva al artista por los herederos del compositor―, junto a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria y el director Guillermo García Calvo, y posteriores interpretaciones en el Festival de Música Española de Cádiz, junto a la Orquesta Ciudad de Almería y Michael Thomas.

Destaca también el estreno en Europa de ‘Everlasting Light’, réquiem para coro y marimba de Christos Hatzis, junto a la Coral de Bilbao, en el Museo Guggenheim de Bilbao y el Reina Sofía de Madrid; el estreno mundial de ‘Tres Quadres per a Marimba’ de Albert Guinovart, junto a la Banda Municipal de Barcelona, en el marco del Festival Emergents de L’Auditori; giras por Alemania y España junto a Katarzyna Myćka con uno de los proyectos más exigentes para dúo de marimbas, las Variaciones Goldberg de J. S. Bach; además de diversos recitales de solista y clases magistrales en España, Alemania, Suiza, Colombia o México.

Salvador Vázquez

“Salvador Vázquez confirma los progresos de su joven carrera que va pidiendo otros vuelos de más altos compromisos artísticos”

(Revista SCHERZO. Marzo 2018)

Nacido en Málaga en 1986, el joven director de orquesta Salvador Vázquez está reconocido como uno de los artistas más vibrantes y carismáticos de la nueva generación de directores de orquesta en España, con un especial entusiasmo por la ópera.

Músico galardonado, además de distinguido por la crítica y el público, en 2015 recibió el Premio ‘Ciudad de Málaga’ a la mejor labor musical. En 2016 ganó el Primer Premio del Concurso Internacional de Dirección de Orquesta de Córdoba. Recientemente fue finalista en la 56ª Edición del Concurso Internacional de Dirección de Besançon, elegido entre 270 candidatos de todo el mundo.

Ha dirigido orquestas como la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Orquesta Sinfónica de RTVE, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, la Orquesta Filarmónica de Málaga, la Orquesta Sinfónica de Navarra, la Orquesta Sinfónica de Tenerife, la Orquesta de Extremadura, la Orquesta de Córdoba, la Orquesta Ciudad de Granada y la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.

Actualmente es director titular del Coro de Ópera de Málaga y director artístico de la Joven Orquesta Barroca de Andalucía (JOBA). Salvador también ha sido director asistente en la Orquesta Académica de la Fundación Barenboim – Said, director asistente de la Orquesta de Extremadura y la Orquesta Joven de Extremadura.

Ha sido director asistente de Pablo González, Anu Tali, Domingo Hindoyán y Manuel Hernández Silva. También ha trabajado con maestros y solistas de la talla de Nancy Fabiola Herrera, Miguel Romea, Miquel Ortega, Andrés Salado, Pedro Halffter, Ruben Amoretti, Damián del Castillo, Sandra Ferrández, Mariola Cantarero, Marina Pardo, Beatriz Díaz, Luis Cansino etc.

Programa 08. Conrado Moya y Salvador Vázquez
Programa 08

Temporada de conciertos

2021-2022

Turina. La procesión del Rocío
Palomo. «El jardín de Baco»
Guridi. Sinfonía Pirenaica

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