Notas al programa
“Entre grandes sinfonistas” bien podría servir de título o hilo conductor del presente programa. Los dos autores programados hoy comparten, además de la pasión por la forma sinfonía, la angustia, la ansiedad y la incertidumbre ante el proceso creativo. Beethoven con su Novena Sinfonía llevó el género a su cima, todos los compositores románticos y postrománticos seguirán la estela dejada por dicha partitura. Y el género seguirá cultivándose en el siglo XX, en el que emerge la figura de Shostakovich, considerado por muchos el mejor sinfonista de la pasada centuria.
La Sinfonía de cámara Opus 110aes el resultado de la adaptación para orquesta de cuerdas, del celebérrimo Cuarteto nº 8 en do menor, op.110. Esta adaptación fue realizada por el director de orquesta, violista y amigo del compositor Rudolf Barshai (1924-2010), quien realizó el trabajo bajo la supervisión y la aprobación final del propio Shostakovich. La versión original del cuarteto fue estrenada el 2 de octubre de 1960, en la sala Glinka de San Petersburgo a cargo del cuarteto Beethoven.
La génesis de la obra está en un viaje que el compositor realizó a la ciudad de Dresde en julio de 1960, para asistir al rodaje de la película germano-soviética Cinco días-cinco noches –pues tenía que escribir la banda sonora- sobre los terribles bombardeos que sufrió al final de la II Guerra Mundial. La profunda impresión que causó en él contemplar la ciudad todavía destruida le llevó a componer este expresionista cuarteto en tan solo tres días, en vez de la música para la película. Estaba en un momento muy delicado de su vida, pese a que lo peor de la época de Stalin había pasado, los problemas con las autoridades no cesaban. Hacía poco que había sido “obligado” a afiliarse al Partido Comunista, y la idea del suicidio le rondaba por la cabeza. Es por ello por lo que, pese a que la obra oficialmente está dedicada “a la memoria de las víctimas de la guerra y el fascismo”, en realidad la partitura es autobiográfica, casi está escrita a modo de epitafio y según la hija del compositor Galina, su padre manifestó que: “Me lo dedico a mí mismo”. En estos años desarrolló un sistema de expresión encubierto, en el que mediante algunos temas, giros y entonaciones decía justo lo contrario de lo que se podía escuchar en un primer momento. En una carta, que fue publicada una vez fallecido el autor explicaba la partitura: «… El tema principal del cuarteto son las notas D.Es.C.H, es decir, mis iniciales. En el cuarteto también hay temas emparentados con otras composiciones mías, así como la canción revolucionaria “Atormentado por el duro cautiverio”. Hay temas que aluden a la primera sinfonía, a la octava, al trío, al concierto para violonchelo o Lady Macbeth. También de manera indirecta aludo a Wagner (marcha fúnebre de El ocaso de los dioses) y a Chaikovski (Sexta sinfonía primer movimiento) …».
Los cinco movimientos del cuarteto se interpretan sin interrupción. El primer Largo se inicia con la firma del autor, se trata de un motivo formado por los sonidos que representan sus iniciales es expuesto por el violonchelo y se repetirá en forma de canon. Es un tiempo lento, de matiz piano y carácter expresivo. Fruto de las transformaciones del tema aparece una alusión al inicio de su Sinfonía nº 1. El Allegro molto es una especie de movimiento perpetuo, dinámico y vivo, incluso desenfrenado. Aparecen citas del inicio de su Sinfonía nº 8 y el tema del Finale del Trío para piano. El Allegretto funciona como un scherzo, como una típica danza de marionetas, posee una expresividad sarcástica, parece casi un vals irreal lleno de refinados cromatismos. Vuelve a utilizar el motivo del compositor y de su transformación aparece el tema del Concierto para violonchelo. En el inicio del cuarto tiempo Largo, según la visión de la partitura como una obra programática sobre la destrucción de Dresde, se ha querido ver el zumbido de los aviones en las notas tenidas de los violines y el estallido de las bombas en las enérgicas y duras corcheas en fortísimo del resto. En realidad el movimientoes un canto fúnebre, se escuchan las primeras notas del Dies Irae, (que coinciden con las iniciales del autor aunque invertidas).Otras citas en este tiempo son: el himno fúnebre ruso “En el martirio de tan dura esclavitud”, la canción revolucionaria rusa “Atormentado en la prisión” pieza favorita de Lenin y que se interpretó en su funeral y por último un aria de Lady Macbeth, del cuarto acto de la ópera donde canta su desgracia, no es causal la cita; fue la obra con la que se iniciaron las acusaciones de formalista por parte del régimen al compositor. Finaliza la composición con otro Largo, en el vuelve a escucharse el motivo de las iniciales del compositor, tratado en forma de fuga. El movimiento es un largo apagarse, sin brillo y con tonos sombríos hasta finalizar en un imperceptible morendo.
Simple música programática a raíz de la visita a Dresde, o bien partitura autobiográfica escrita en clave, en “lenguaje esópico” (en honor del fabulista Esopo), lo cierto es que se trata de una partitura con una gran fuerza expresiva, un hito dentro de su género y que alcanzó gran fama gracias a la versión para orquesta de cuerdas que escucharemos hoy.
La clara evolución estilística de Beethoven que se puede seguir a través de los cuartetos de cuerda o de las sonatas para piano, no se puede trasladar a las sinfonías. Intentar realizar estudios cronológicos de las sinfonías de Beethoven es tarea difícil puesto que no se produce una progresión estilística continua, ya que se dan regresiones después de la tercera y de la sexta. También los intervalos de gestación y aparición varían de unas sinfonías a otras. Tras la ambiciosa tercera y, mientras tenía ya esbozada la universal quinta, escribió la cuarta, calificada como una vuelta a los cánones clásicos. El origen de la sinfonía es un encargo que le hace el conde Oppersdorf. Se estrenó el 7 de marzo de 1807 en Viena, en un concierto a beneficio del autor donde además se interpretaron las tres primeras sinfonías. Calificada como una vuelta a los cánones clásicos, quizás refleje el estado de optimismo que atravesaba su vida en ese momento, en el que se supone que estaba enamorado de Teresa von Brunswick, incluso se ha especulado con que llegaron a estar prometidos.
Se ha dicho que tras la grandeza de la Heroica, la cuarta supone un paso atrás. Es cierto que el aparato orquestal es el más reducido de todas (orquestación tipo Haydn, con una sola flauta) y que las dimensiones son más pequeñas. Pero es innegable que la pieza está llena de innovaciones y de una sensibilidad intimista que nos niega que se trate de una sinfonía menor. Como en la primera y segunda sinfonías, la cuarta se inicia con una larga introducción lenta, desde un misterioso pianísimo hasta llegar a un tutti sobre la dominante que desemboca en el Allegro escrito en una clara forma sonata. El primer tema lo exponen los violines y el segundo el fagot, oboe y flauta. En el desarrollo construido en base al primer tema, destaca el mayor uso del timbal en este movimiento de lo que era habitual hasta entonces. El segundo número Adagio está escrito con una mezcla de la forma sonata normal y la sonata sin desarrollo que utilizaba Mozart en los tiempos lentos, el tema principal melódico y cantabile es expuesto por los violines, el segundo tema lo enuncia el clarinete. En vez de desarrollo se retoma el tema inicial ahora variado y se introduce una pequeña coda para finalizar con nuevos elementos a cargo trompas y maderas. El tercer movimiento Allegro vivace – Trío. Un poco meno allegro es un doble Scherzo con dos tríos. Destaca el explícito cambio de velocidad, más pausada en los tríos. El último movimiento es un Allegro ma non troppo similar a los allegros finales típicos. Está escrito en forma sonata con el primer tema presentado en los violines y el segundo a cargo del oboe. Lo más interesante es el moto perpetuo que se genera con las semicorcheas y presente en todo el tiempo le confiere el carácter jovial y alegre de cualquier final de sinfonía del clasicismo. La coda iniciada de manera misteriosa con este motivo desemboca en una alegre escala general conclusiva.
La OEX interpretó la Sinfonía nº 4 de Beethoven por primera vez el 17 de junio de 2005 en la Iglesia de San Bartolomé, de Higuera la Real; dirigía Miguel Romea. La última vez fue el 21 de diciembre de 2012 en el Gran Teatro de Cáceres, con Matteo Pagliari como director.
© José Solá Palmer
Buñol-Valencia, 1969. Es Profesor Superior de Música, Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia del Arte y Diplomado en Dirección de Orquesta en Pescara (Italia). Ha dirigido bandas y orquestas amateurs de la Comunidad Valenciana y de 2015 a 2017 ha sido director titular de la Banda Municipal de Almería. Ha publicado diversos trabajos de investigación sobre el hecho musical de su localidad natal. Desde 1996 es profesor de Música de Enseñanza Secundaria. En los años 1998-99 ejerció la crítica musical en la edición valenciana del periódico El Mundo. Desde 1999 es colaborador habitual del Palau de la Música de Valencia en la edición de notas al programa y programaciones anuales de la Orquesta de Valencia. Desde 2013 colabora con la Orquesta de Extremadura como autor de notas al programa.
Cuarteto Casals
Cuarteto Casals son Vera Martínez-Mehner, violín, Abel Tomàs, violín, Jonathan Brown, viola y Arnau Tomàs, violonchelo.
Fundado en 1997 en la Escuela Reina Sofía de Madrid, el Cuarteto Casals celebró la temporada de su XX Aniversario con un proyecto especialmente ambicioso: la integral de los 17 cuartetos de Beethoven, junto con seis obras de encargo a compositores contemporáneos, e interpretados en ciudades de Europa, Asia y América Latina, incluyendo Londres, Viena, Berlín y Tokio. Lo más destacado de sus próximas temporadas incluye el ciclo de los 10 últimos cuartetos de Mozart así como otros proyectos centrados en los compositores húngaros Bartók, Ligeti y Kurtág.
Tras ganar los primeros premios en los concursos internacionales de Londres y de Hamburgo, el Cuarteto Casals ha sido invitado de manera regular por las salas de conciertos más prestigiosas del mundo incluyendo Carnegie Hall (Nueva York), Wigmore Hall (Londres), Philarmonie (Berlín), Kölner Philarmonie (Colonia), Cité de la Musique (París), Schubertiade de Schwarzenberg, Concertgebouw (Ámsterdam) entre otras muchas ciudades del mundo.
El Cuarteto ha desarrollado una importante producción discográfica para el sello Harmonia Mundi, formada hasta el momento por 12 CDs, que incluyen un amplio repertorio que abarca desde autores menos conocidos como Arriaga o Toldrà hasta compositores clásicos vieneses como Mozart, Haydn, Schubert y Brahms, sin olvidar grandes nombres del siglo XX como Debussy, Ravel y Zemlinsky. También destaca la grabación en directo de una serie de DVDs con la integral de los cuartetos de Schubert, editados por Neu Records. El Cuarteto Casals comenzó en 2018 la grabación la integral de los cuartetos de Beethoven, lanzados por la discográfica Harmonia Mundi en tres entregas: Inventions (2018), Revelations (2019) y Aphoteosis (2020) esta última coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento del compositor, todos ellos con un gran éxito de crítica.
Tras ganar el prestigioso premio de la Fundación Borletti-Buitoni de Londres, el Cuarteto empezó a utilizar arcos del período barroco-clásico para interpretar a compositores desde Purcell hasta Schubert, práctica que ha aportado al grupo una nueva dimensión acústica que favorece aún más sus exposiciones de los diferentes lenguajes estilísticos. El Cuarteto Casals ha recibido una profunda influencia de compositores vivos de nuestra época como György Kurtág y ha realizado estrenos mundiales de notables compositores españoles de la actualidad, entro los que destaca el concierto para cuarteto de cuerda y orquesta de Francisco Coll estrenado junto a la Orquesta Nacional de España.
En reconocimiento a su tarea de difusión cultural, el Cuarteto Casals recibe ayudas de la Generalitat de Catalunyay del Institut Ramon Llull. El grupo ha sido reconocido con el Premio Nacional de Música (2006), el Premi Nacional de Cultura de Catalunya (2016), y el Premi Ciutat de Barcelona (2005). El Cuarteto actúa cada año en el Palacio Real de Madrid, con la extraordinaria colección de instrumentos Stradivarius, donde será residente hasta finales de 2020.
El Cuarteto aparece a menudo en televisión y radio de toda Europa y en América del Norte y, además de impartir clases magistrales muy solicitadas, es Cuarteto Residente en el conservatorio Koninklijk de La Haya y en la Escuela Superior de Música de Cataluña de Barcelona, ciudad donde residen los cuatro miembros.